Mujeres del mundo de habla hispana
El título de este libro está tomado de un verso de la
Canción del jardinero, de María Elena Walsh, que dice así:
“Yo no soy un bailarín porque me gusta quedarme/
Quieto en la tierra y sentir que mis pies tienen raíz.”
Mujeres del mundo de habla hispana
© 2021 Cúmulo de Tesla (texto):
Alejandra Espino del Castillo, Antígona Segura,
Cisteil Pérez, David Venegas,
Gabriela Damián Miravete y Libia Brenda
© 2021 Atenea Castillo (ilustraciones)
DISEÑO: Santiago Solís Montes de Oca
FOTOGRAFÍA: Marco A. Pacheco
D.R. © Editorial Océano, S.L.
Milanesat 21-23, Edificio Océano
D.R. © Editorial Océano de México, S.A. de C.V.
Guillermo Barroso 17-5, col. Industrial Las Armas
Tlalnepantla de Baz, 54080, Estado de México
www.oceano.mx • www.oceanotravesia.mx
PRIMERA EDICIÓN LIBRO ELECTRÓNICO: 2021
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HECHO EN MÉXICO/MADE IN MEXICO
Para seleccionar a estas mujeres investigamos
a figuras importantes en varias áreas del
conocimiento sobre las que pudiéramos
aportar una mirada distinta. Buscamos
equilibrio entre disciplinas y momentos
históricos; también quisimos presentarlas
como seres humanos y no como heroínas
imposibles de imitar. El índice con el que las
presentamos no sigue un orden alfabético ni
cronológico, pero tampoco es aleatorio, pues
de la misma manera que trabajamos en
nuestro colectivo, aquí fuimos trazando
vínculos entre ellas, tomando a sor Juana
como el tronco común para todas. Así, a
manera de tejido o de pequeños brotes que
se bifurcan, cada una va trenzándose con la
anterior y la posterior, de forma que todas se
tocan, ya sea por su ocupación, sus inquietudes
o sus intereses. Esto crea una especie de
organismo que se nutre de distintas épocas,
lugares y puntos de vista, pero que siempre
(ANA CRISTINA ROQUÉ Y GÉIGEL DE DUPREY)
Ana tiene más de 80 años y está sentada frente a la universidad, imaginando un jardín
botánico donde pueda dar clases sobre la flora de su país. Tiene entre las manos su
libro, La botánica antillana, con los resultados de veinte años de investigación sobre
las plantas de Puerto Rico y otras islas del Caribe. Quiere publicarlo para conseguir
dinero y construir el jardín botánico de sus sueños. “¡Ojalá que esta vez sí lo aprueben
en la universidad!”, piensa.
Ana lleva diez años haciendo los cambios que un botánico de la universidad le ha
pedido para imprimir su obra. Su versión original estaba escrita en inglés y español e
incluía descripciones de más de 6 000 especies de plantas y sus propiedades, dibujos,
poemas y relatos. La hizo pensando en su pueblo. Luego, aconsejada por el botánico,
puso nombres científicos y eliminó los poemas y relatos para que el libro fuera más
científico. ¡Está listo para imprimirse!
Poco después Ana regresará a casa, triste porque tampoco esta vez aprobaron su
publicación. Decide dejarlo por un tiempo, pues sus amigas sufragistas la requieren
más que nunca para la lucha por el derecho de las mujeres a votar.
Casi 90 años después de su muerte, la Botánica de Ana llegará a manos de una
historiadora de la Universidad de Puerto Rico, quien se la mostrará a expertos de
nuestra época. Inmediatamente reconocerán su importancia y trabajarán arduamente
para poner esta increíble obra a disposición de cualquier persona de su país y el resto