Era solo una casa, pero… ¿podría convertirse en un hogar?
Cade McKendrick no tenía la menor intención de llenar su rancho de ambiente familiar. Pero la cocinera que había contratado a toda prisa resultó ser una guapísima madre soltera, y pronto todo estuvo impregnado de olor a galletas recién hechas, juguetes por los suelos y multitud de risas. En poco tiempo Cade descubrió que deseaba algo que ja...