Cuando separar el placer del deber no es una opción, la única que queda es guardar secretos.
Había un nuevo soltero en el pueblo que había dejado encandilada a la abogada Abby Hartman. Duncan Stewart, el sexy nieto escocés de una clienta del bufete, debería haberle estado prohibido, pero pensó que tampoco sería tan terrible tener con él una breve y apasionante aventura, ¿no? La cosa se calentó dem...