El cuerpo no es, para la semiótica, un dominio de análisis como cualquier otro. La encarnación de los procesos significantes le proporciona un substrato que se impone a todas las elaboraciones cognitivas y emotivas. En primer lugar, el cuerpo es la sede donde se encuentra el que va a ser el plano de la expresión con el que será el plano del contenido: se convierte así en operador de la semiosis. P...