Las apuestas estaban subiendo…
En tanto que hijo no reconocido del lujurioso lord Westleigh, John Rhysdale se vio obligado a ganarse la vida jugando en las calles. Y con el tiempo se convirtió en propietario de la más excitante casa de juego de todo Londres.
Siendo como era testigo cada noche de la disipación y desenfreno de la alta sociedad, Rhys prefería vivir en sus márgenes, cuando una misteri...