Parecía que todos los Fortune estaban encontrando el amor, todos menos Emily.
Bonita, desenvuelta y lista, la hija mayor de los Fortune había renunciado a encontrar a Don Perfecto para empezar a buscar al Bebé Perfecto.
Y entonces conoció a un hombre.
Nadie habría imaginado al tosco Max Allen con una princesa mimada como Emily. El alto y greñudo trabajador del aeropuerto no había tenido suerte en...