Lady Polly no podía aceptar ninguna de las numerosas proposiciones de matrimonio que recibía porque no había conseguido olvidar al hombre al que había rechazado hacía cinco años. Había oído que lord Henry Marchnight estaba arruinado y se había convertido en un granuja aficionado al juego; pero en cuanto reapareció en su vida y la besó, Polly supo que la pasión no había desaparecido. Aquel hombre s...