Tenía que curar las heridas de una mujer hermosa, y empezaría por las del corazón…
Cuando Isabella Lockhart dejó Nueva York y se fue a vivir a Weaver, Wyoming, tenía una promesa que mantener: darle un hogar al hijo de su difunto prometido, lejos de los peligros de la gran ciudad. Pero "peligro" era el segundo nombre del pequeño Murphy y sus locuras no tardarían en meterla en un delicioso ...