Cuando la rica e inocente Nora Marlowe fue a visitar el salvaje Oeste, estaba tan abierta a la aventura como el vasto horizonte de Texas. El inquebrantable individualismo de aquella tierra, y sus gallardos vaqueros, encajaban a la perfección con su espíritu romántico. ¡Hasta que uno de aquellos vaqueros decidió bajarle los humos a la elegante heredera! A Cal Barton no le gustaban las señoritas alt...