A veces nos cuesta aceptar la promesa de esperanza de Dios. Sabemos que sus palabras son ciertas y, sin embargo, luchamos para soportar las pruebas que enfrentamos a diario. A causa de la dificultad que tenemos para confiar en los planes de Dios para nuestro futuro, nos apartamos del camino y, en medio de las distracciones de la vida cotidiana, pronto nos olvidamos de él.
Mediante este libro, J....