Hace apenas un siglo, el universo lo concebíamos como radiación, luz y una pequeña parte en forma de materia formada por átomos. Estos, a su vez, estaban hechos de protones, electrones y, aunque aún no se había confirmado, neutrones. Analizando primero los rayos cósmicos, y después con el desarrollo de los aceleradores de partículas, el mundo quedó fascinado ante el descubrimiento de una enormidad...