No tenemos que regresar a la Luna, porque siempre hemos estado allí.
En pocos territorios como en la Luna se producen tantas batallas encarnizadas entre realidad y fantasía. Lunáticos, brujas y hombres lobo conviven en nuestro imaginario con las rocas lunares, los calendarios, las mareas y las proezas tecnológicas que lograron llevar a una docena de privilegiados a ver sus huellas eternizarse so...