No me puedo creer que sacara el nombre de mi jefe para el regalo anual del amigo invisible…
Ese capullo irritante y engreído, la reencarnación misma del diablo, nunca nos da días libres en Navidades, y espera de verdad que le estemos agradecidos por la generosa alternativa que nos ofrece: una fiesta de empresa.
Se trata de un viaje obligatorio, con todos los gastos pagados y de dos semanas de du...