Algunas decisiones tienen consecuencias imprevistas…
No hay nada como tener una entrevista de trabajo muy importante y que mi blusa acabe con una mancha enorme de cerezas y un hombre me pille semidesnuda porque me he metido en el probador equivocado y acabemos a grito pelado.
La guinda del pastel es que cuando llego a la oficina, quien me entrevista es él, el hombre del probador. Al parecer, la ju...