El síntoma más angustiante de la mayoría de los conflictos que ven el día en la actualidad es su carácter irreal. Tienen aún menos realidad que el conflicto entre griegos y troyanos. En el centro de la guerra de Troya había, al menos, una mujer que era, por cierto, la perfección de la belleza. Para nuestros contemporáneos el lugar de Helena lo ocupan palabras escritas con mayúscula. Si tomamos una...