La selva es un dios hambriento. Uno que permite vivir a salvo en sus dominios pero exige el más alto de los precios a cambio. Su voracidad no termina nunca y aquellos que viven bajo su control deben entregarle a sus hijos como parte de un cíclico tributo caníbal.
En este cuento de terror caribeño, las madres son obligadas a criar a sus propios hijos como futuro alimento, en un sacrificio hecho...