Con 29 años, a Patricia Pólvora le dijeron que acabaría en una silla de ruedas y que lo mejor que podía hacer era prejubilarse. Le acababan de diagnosticar una enfermedad crónica: artritis reumatoide, una dolencia autoinmune cuya causa se desconoce y que, al contrario que la artritis común, puede presentarse a mediana edad. Tras el primer impacto, Patricia decidió que no iba a quedarse resignada a...