Después de siete años sin escribir ficción, Casciari ve acorralada a su pereza con un desafío: escribir un cuento nuevo todos los viernes por la mañana, con el obstáculo de una serie de reglas inquebrantables y un montón de personas observando que no haga trampas. No puede pensar en el cuento antes, ni tener borradores preparados, mi recurrir a su memoria emotiva, porque el tema de cada relato ...