Debía ser sincera... y fea.
Crystal Rawlins estaba desesperada por conseguir un trabajo, por eso habría hecho cualquier cosa con tal de convertirse en la niñera de los hijos del jeque Fariq Hassan. Y no pensó que una mentirijilla sobre su apariencia tuviera la menor importancia... Pero entonces conoció a su jefe: un hombre alto, moreno e impresionante.
Fariq Hassan ya no se fiaba de las mujeres g...