Maria Sibylla Merian puso el ranúnculo dulce en el medio de la página. Dibujó con extrema precisión los matices de color de sus hojas finamente dentadas, coloreó sus capullos abiertos y también dibujó flores y tallos ya descoloridos. Aun así, la planta ni siquiera es lo principal del cuadro, sino el insecto que, en sus distintas etapas de transformación, se ve a su alrededor. La escena está compue...