En la novela Los muertos mandan, de Vicente Blasco Ibáñez, Jaime Febrer es el heredero de una familia mallorquina de alcurnia y está arruinado. Ha dilapidado su escasa herencia. La única solución posible pasa por pactar un buen matrimonio con una heredera que ansíe la reputación del apellido Febrer y que pueda llenar las arcas de la familia. Una chueta, una joven de familia judía, está dispuesta a...