Aunque este libro opera como un espejo, que permite a cada docente verse en su relación con la disciplina que enseña, Nimier, como buen terapeuta, no deja a los docentes abrumados con el descubrimiento de una imagen que en nada se parece al ideal que los sostenía; por el contrario, los obliga a enfrentar esa imagen real, demostrándoles que es más fácil transformarla, asumiéndola en un trabajo tera...