¿Hasta dónde estaría dispuesta a sacrificarse una chica de ciudad para estar en los fuertes brazos de la ley?
Desde que la coordinadora de voluntarios Lissa Roarke apareció en el pueblo con su elegante maleta y su actitud cosmopolita, el sheriff Gage Christensen ha estado nervioso y malhumorado. Todo en Lissa parece molestar a Gage. Y, queridos lectores, ya sabéis lo que eso significa. Solo es cue...