Ella tenía que cumplir una promesa
Cesario Piras, el melancólico señor del Castello del Falco, no estaba preparado para recibir a la visitante que llamó a su puerta durante una tormenta aterradora… ni para el bebé que ella tenía en brazos y llevaba el apellido de los Piras. La cabeza le pidió a gritos que saliera corriendo, pero el maltrecho corazón de Cesario empezó a traicionarlo.
Beth Granger ...