Si el populismo no ha muerto, si está "insoportablemente vivo", es porque funciona. Y su eficacia se debe, en buena medida, a que ofrece una forma convincente de explicar el mundo, reflejar las preocupaciones y los miedos de los ciudadanos y proponerles una salida concreta. En otras palabras, sostiene un discurso, una historia con héroes y villanos que da sentido a una realidad que, en el siglo XX...