Las cosas solo suceden a quien sabe contarlas, dice el narrador de este libro. Un narrador que recuerda sus inicios como librero y editor, o sus viajes con un viejo poeta, siguiendo a un torero gitano que se llamaba Rafael. O que vuelve al pueblo de su infancia para oir las historias de los viejos en una taberna imaginaria, y compartir una velada mas con su madre tras visitar la tumba de su herman...