Quizás Antonia Campbell no hubiera dado precisamente con el paraíso al llegar a aquella pequeña ciudad de Texas; pero incluso con aquellas misteriosas llamadas nocturnas y el hecho de que su único acompañante en la cama fuera su gato, su vida como veterinaria rural era mucho mejor que lo que había dejado atrás: una educación autoritaria y un ex marido cruel.
Fue entonces cuando una llamada al ranc...