Ella no era una delincuente... hasta que apareció la policía con pruebas irrefutables y con las esposas.
Sí, Shelby Jacobs había sido detenida por tráfico de armas, pero lo único que ella sabía era que su jefe era un cretino. Otro trabajo temporal no iba a darle el dinero suficiente para pagar la fianza... ni para contratar a un abogado decente. Afortunadamente, el socio del prometido de su compañ...