Los emprendedores, nos dicen, son genios arriesgados. Adivinos que predicen el futuro y que tienen el coraje para apostar a lo que visualizan en sus mentes va a materializar en la realidad. Esta es la narrativa reinante del emprendimiento, y genera dos efectos curiosamente contradictorios: unos concluyen que emprender es tan sencillo como tener una buena idea de negocio y arriesgarse a apostar por...