Chloe Marin podía considerarse una mujer afortunada. Solo era una adolescente cuando la mansión de la playa en la que se encontraba con unos amigos quedó reducida a un baño de sangre. Según las autoridades, los asesinos fueron hallados muertos más tarde en el manglar, pero Chloe no terminaba de estar convencida de ello.
Diez años después, siendo ya una psicóloga a la que la policía consultaba con ...