En una época de oscurantismo y superstición, una mujer se atrevió a desafiar todos los tabúes de su tiempo.
Monasterio de San Disibolo, Renania, 1118. Durante la noche, Hildegard descubre, enterrado en el jardín, el cuerpo de un recién nacido todavía con vida. Extrañada, se apresura a la celda de su novicia favorita y encuentra a la joven ensangrentada y moribunda…
Ciudad del Vaticano, Roma, en ...