Existe un abismo entre cómo nos gustaría vivir la sexualidad, cómo la mostramos a los demás y cómo la vivimos en realidad. Fingimos orgasmos, cogemos para presumir, soñamos con los tríos que vemos en el porno, nos acomplejan nuestros falos y nuestras tetas... Y sin embargo nunca hemos hecho tanto alarde de nuestra libertad y de nuestro placer. ¡Somos tan modernos!
En esta sociedad narcisista, regi...