Las personas que intentan obtener el beneplácito de algún soberano, a menudo le ofrecen algo de gran importancia para ellos mismos, o algo que saben es de su particular agrado. Es por esto que los gobernantes siempre están recibiendo caballos, armas, brocados de oro, joyas y todo tipo de ropas elegantes que los donatarios consideran apropiados. Con la esperanza de traer ante vuestra Majestad una m...