El licenciado en leyes come fruta, recordándonos el pecado original, y cae desvanecido. Cuando despierta –como en los cuentos de hadas– es ya de vidrio, crueldad enorme, puesto que el pobre no puede salir a descampado porque la gente (los niños sobre todo) se burlan de él y lo maltratan tirándole piedras, por lo que habrá de esconderse en los pajares. "La novela es una alegoría de la vida, ya que,...