Carmen Gómez Ojea: "Jamás quise ser escritora, pero comencé a escribir nada más que supe poner en un papel mi nombre y mis apellidos, también la tilde en la o de Gómez. Me di cuenta de que era escritora porque todos los días escribía cuentos de tres o cuatro líneas que me costaron bastantes castigos, como el de escribir mil veces, que se redujeron a algunos cientos, "No debo desperdiciar tontame...