El cartero cuyos dedos vibran como los de un zahori cuando sostiene una carta de amor; el hombre tras la ventana que reconoce por el modo de caminar a cada uno de sus vecinos salvo a un hombre misterioso que llega y se va con el crepusculo; la chica de las escaleras que viene de ninguna parte y cada dia aspira vida nueva robandosela a los solitarios. Michael Kruger habla de devociones y de rechazo...