Duncan McPherson no pensaba buscar esposa, no volvería a forjar una alianza sin que hubiese amor de por medio. Por eso jamás imaginó sucumbir a ese sentimiento de una forma tan inmediata, porque desde que ella lo tiró al barro y vio sus pecas diseminadas por sus mejillas, supo que su vida no volvería a ser la misma.
Elisa MacLaren creía que era feliz. Por fin tenía todo lo que había anhelado du...