""Mi lengua apenas había tocado su otro pezón cuando su respiración comenzó a sonar como si estuviera por tener un orgasmo.—¿Cuán grande es la piedra? —le pregunté.Ella susurró: —No más...Tomé su pezón con mi boca otra vez. Temblaba como una hoja. Ahora podía desabotonar su corsé con facilidad. Sus pechos jóvenes y hermosos estaban turgentes, y sus pezones erectos.Salté sobre la barra, me incliné ...