Esta colección de once cuentos no tiene ningún propósito relacionado con las clases, el aprendizaje o las calificaciones. Sus historias tienen la peculiaridad de estar protagonizadas por jóvenes enamorados, nostálgicos o imaginativos. Jóvenes que (por alguna razón) están conectados. Eso está muy bien, pues no hay razón que justifique que los jóvenes no podemos ser los protagonistas de las historia...