No fue hasta los 32 años, tras enfrentar una gran crisis existencial y recibir el diagnóstico de síndrome miofascial, cuando se dio cuenta de que no se conocía realmente y que había construido un personaje condicionado por creencias y paradigmas desde su infancia, lo que la limitaba para vivir con plenitud y felicidad, impidiéndole disfrutar de la libertad que sentía interiormente. En ese momento,...