Lucía Chevalier creció leyendo Jane Eyre, Mujercitas y las novelas de Jane Austen hasta que Harry Potter llegó a sus manos y quedó fascinada con las novelas para adolescentes. Hasta el día de hoy no puede pasar por una librería sin llevarse alguna novedad de la sección juvenil, porque lee compulsivamente. En busca de una manera de expresarse deambuló por muchas facultades y carreras hasta que se d...