El ejecutivo italiano Bruno Giannella era la fantasía de cualquier mujer: guapo, sexy y rico. Por eso Katy creía estar soñando cuando él le pidió que fuera su secretaria.
Seguramente, las chispas que saltaban entre ellos sólo eran producto de su imaginación. Después de todo, Bruno era un hombre de mundo y no podía querer nada de una tímida joven inexperta como ella. Sin embargo, Bruno parecía conv...