El reloj biológico de Amanda Fleming, una rica empresaria a punto de cumplir los treinta años, le decía que había llegado el momento de ser madre. Quería un hijo, no un marido. Cuando conoció a Daniel Bedford, propietario de una sonrisa muy sexy y unos preciosos ojos azules, empezó a fantasear sobre él como el futuro padre de su hijo.
Amanda había puesto en marcha su plan dejando que Daniel creyer...