Podía intentar resistirse todo lo que quisiera, pero Asad sabía que solo era una cuestión de tiempo que la seductora pelirroja volviera a su cama
El jeque Asad estaba dispuesto a hacer lo que tuviese que hacer para asegurar su legado en Kadar. Porque bajo el traje de chaqueta italiano latía el corazón de un guerrero del desierto.
Iris Carpenter no salía de su asombro al ver al hombre que la recib...