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COLECCIÓN DEPORTE

1013 EJERCICIOS

Y JUEGOS APLICADOS

AL BALONMANO

Volumen I

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Fundamentos y ejercicios

individuales

Por

Gerard Lasierra

José María Ponz

Fernando de Andrés

4a Edición

Director de colección: Javier Olivera Betrán

Dibujos: Agustín Ortega Bragado

© 2010, Gerard Lasierra

José María Ponz

Fernando de Andrés

Editorial Paidotribo

http://www.paidotribo.com

E-mail: paidotribo@paidotribo.com

1a reimpresión de la 4a edición

ISBN: 978-84-86475-91-8

ISBN EPUB: 978-84-9910-843-8

Fotocomposición: Editor Service, S.L.

Diagonal, 299 - 08013 Barcelona

ÍNDICE

Prólogo

Introducción

Fundamentación teórico-práctica

Análisis de las unidades de contenido

Los programas por niveles: la fase de relación

Los programas por niveles: la fase de aprendizaje de los elementos básicos técnico–tácticos individuales

Los programas por niveles: la fase de aprendizaje de las combinaciones básicas tácticas colectivas

Los programas por niveles: la fase de desarrollo de los sistemas de juego

Bloques temáticos diferentes

Nomenclatura

Terminología utilizada

Referencias bibliográficas

CAPÍTULO I Ejercicios y juegos de desarrollo motor

Ejercicios y juegos de percepción visual

Ejercicios y juegos de velocidad de reacción

Ejercicios y juegos de desarrollo. Capacidad condicionales

Desarrollo capacidades coordinativas

CAPÍTULO II Las situaciones individuales de juego sin balón

Juegos aplicados

Ejercicios de posición, situación, orientación y desplazamientos defensivos

Ejercicios de posición, situación, orientación y desplazamientos ofensivos

Ejercicios convencionales técnico–tácticos de disuasión, interceptación y control al jugador sin balón

Ejercicios convencionales técnico–tácticos de desmarque sin balón

CAPÍTULO III Las situaciones individuales de desarrollo del juego con balón

Juegos aplicados

Ejercicios convencionales técnico–tácticos de desposesión y acoso al jugador con balón

Ejercicios convencionales técnico–tácticos de control al jugador con balón

Ejercicios convencionales técnico–tácticos de desmarque con balón, protección y progresión

Ejercicios convencionales técnico–tácticos de bote, protección y progresión

CAPÍTULO IV Las situaciones de finalización de la acción individual

Juegos aplicados

Ejercicios convencionales técnico–tácticos de pase y recepción

Ejercicios convencionales técnico–tácticos de lanzamiento

Ejercicios convencionales técnico–tácticos de blocaje de balón

PRÓLOGO

Es para mi una gran satisfacción el hacer el prólogo de este libro, la amistad que me une a los Autores de este trabajo es sólo un elemento más de juicio para valorar su gran capacidad de trabajo, la seriedad y profesionalidad que imponen a todas sus actividades, lo cual unido a sus conocimientos y experiencia docente en las aulas y en las canchas hacen de ellos unos Técnicos y Profesores muy calificados de los que tanto está necesitado nuestro deporte.

Considero que este libro puede ser de gran ayuda para todos los Técnicos de Balonmano, tanto de élite como de base, que engloba los aspectos teórico y prácticos relacionándolos con los juegos y tratando los temas de forma original y amena.

Enhorabuena, suerte y que éste sea uno más en una larga serie de publicaciones que enriquezcan aún más la ya extensa lista de libros que sobre nuestro deporte existen en España.

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Javier GARCÍA CUESTA

Director Técnico F.E.BM.

 

 

 

 

 

INTRODUCCIÓN

Querido compañero desconocido:

A ti está dedicado este libro con el ánimo de facilitar ese trabajo periódico en el campo del Balonmano.

La motivación para ser coautor del presente texto tiene su origen en lo importante que este deporte ha sido para mí. Voy a explicar esta afirmación recordando rápidamente algunos momentos importantes. Para ello dividiré toda la trayectoria deportiva en cinco etapas.

En la primera tómé contacto con el balonmano alrededor de los seis años de edad, fue viendo jugar a mi hermano, me gustó tanto el juego que ya no dejé de practicarlo jamás, eso sí, alternándolo con otros muchos deportes. Comencé en el colegio de los HH. Maristas de Zaragoza con torneos interclases, continuando con los campeonatos escolares y federados. Por entonces jugaba el ADEMAR en el patio del colegio y como daba la casualidad de que militaba en División de Honor, pude ver los mejores equipos y jugadores del momento.

La segunda etapa transcurrió en San Sebastián, duró cuatro años y estuve jugando en el Eguía, con este club ascendimos de categoría provincial a División de Honor, conseguimos también dos subcampeonatos de copa, siendo en este tiempo llamado para formar parte de las selecciones nacional, universitaria, junior y absoluta. En esta última permanecí toda mi carrera balonmanistica, combinando con éxito mi estancia en los grandes clubs del balonmano español (Atlético de Madrid y Barcelona). Posteriormente y una vez superada mi etapa de élite he seguido jugando en primera y segunda nacional por diversión, ya que para mí la competición siempre ha tenido un componente lúdico-recreativo. En este período conocí a los dos coautores del libro, el primero, José Ma Ponz estaba de preparador físico y el segundo, Gerard Lasierra era jugador. Como a los tres nos unen aparte de la amistad, la profesión y afición -ambos también licenciados en Educación Física y maestros de Balonmano- decidimos unificar esfuerzos para crear este libro.

Pero volvamos nuevamente a los orígenes: en el pueblo alternábamos lo que denomino educación física natural, con la educación física clásica o tradicional. Como educación física natural entiendo cazar y pescar a mano, bañarse en el río, subir a los árboles, hacer excursiones, lanzar piedras, saltar zanjas y acequias, montar en bicicleta, etc. Cualquier terreno liso era útil para colocar dos prendas o piedras y organizar un magnífico estadio que nos servía para jugar a fútbol o a balonmano, colocábamos una cuerda entre dos árboles para jugar a voleibol y en las canastas de madera de las escuelas jugábamos partidos que nada tenían que envidiar al mejor centro profesional de la N.B.A.

El contacto con el balonmano de forma directa tanto de jugador y entrenador como de profesor, me ha permitido reflexionar sobre la evolución y tendencias de este deporte, pero no quiero entrar en matizaciones de aspectos concretos tácticos o técnicos, sino más bien reflejar ese tira y afloja, ese intento constante de producir el desequilibrio del ataque sobre la defensa y viceversa que se plasma en las diferentes tendencias mostradas por los entrenadores, a modo de jugadores de ajedrez que mueven las piezas intentando dar jaque al contrario. Observamos que los conceptos pueden más que las acciones rígidas y que la actividad individual busca la continuidad en la comprensión y colaboración del colectivo. Las modas cambian, se ha pasado de las defensas en bloque a las defensas profundas, pero en estos momentos cabe efectuar combinaciones de ambas e intentar llevar la iniciativa desde la defensa para evitar el juego fluido de ataque. Los sistemas de ataque posicionales se transforman en ataques en movimiento, donde la permuta de puestos es una constante y donde los jugadores de primera línea, se transforman en jugadores de segunda linea: resumiendo, se procura la universalidad de funciones. La especialización defensiva está muy arraigada, constantemente observamos en todos los equipos de cierto nivel esas sustituciones ataquedefensa, que lógicamente vamos a tener presentes a la hora de racionalizar los entrenamientos. Con respecto a la primera y segunda fase del ataque, puntualizar que al margen del contraataque tradicional, la segunda fase se puede organizar con un especialista que se encargue de recibir el balón y dar las soluciones idóneas que requiere el momento de juego. Observamos pues, que como en otros campos lo sustancial del juego no varía demasiado, salvo detalles de la técnica, la evolución se ha producido en el campo de las capacidades condicionales, mayor número de días y horas de entrenamiento han permitido al jugador aumentar la intensidad del juego, ampliar el espacio real de acción en cuanto a la defensa, y endurecer el contacto físico. Aunque en estos momentos lo que rodea al balonmano de élite es más espectáculo que deporte -puramente entendido-, desde mi perspectiva de profesor que enseña balonmano en un centro universitario, desde la vivencia y experiencia personal de entrenador en diferentes categorías, procuraré si es posible que no se olvide el aspecto lúdico que como juego contiene, primando siempre la relación correcta y cordial que al final necesitamos para poder seguir practicando.

Para concluir, recomendar algunas pautas de actuación: no se deben canalizar todos los esfuerzos en la única dirección del juego, pues se pierde el equilibrio. Existen otros campos que cultivar, si somos conscientes de su existencia, nos evitará problemas. Si eres estudiante, procura esforzarte y aunque tardes más de lo corriente, termina tus estudios, considera que la vida deportiva no va más allá de los treinta o treinta y cinco años (siempre que no hubiera Jesiones graves). Procura ser consciente de que cuando te integras en un equipo, casi toda tu vida está organizada, apenas tomas decisiones. Los días de entrenamiento, las horas y números de sesiones, como y cuándo viajar. Esto se agrava cuando perteneces a una selección, puesto que incluso los ratos de descanso están planificados, la dieta prevista y los compañeros impuestos. Lo dicho hasta ahora no tiene importancia durante un corto período de tiempo, pero si esto sucede durante años, lógicamente habrá que tomarlo en consideración ya que incide de forma directa en la maduración del individuo, debido a esta carencia de protagonismo en las funciones cotidianas. El retraso en la integración profesional es otro factor puntual a superar; en definitiva, como la dedicación ha de ser total, física, emotiva y psicológicamente, aisla al deportista de manera casi absoluta del mundo cotidiano, al que luego se ha de incorporar..

Al margen de este último comentario, el balonmano me ha permitido relacionarme, conocer y disfrutar, así como desarrollarme como persona, permitiéndome realizar mis estudios y vivir durante los años de práctica, por lo que le estoy totalmente agradecido..

Deseo que el texto confeccionado con todo nuestro interés, pueda ser el guía perfecto que ayude, sugiera, facilite y sobre todo permita sacar de nosotros mismos la riqueza motriz de este juego. Recoge tres estilos, tres enfoques, pero los tres son fáciles de comprender desde una metodología global hasta una metodología específica, desde el ejercicio tradicional de la nomenclatura específica hasta el dibujo informal que permite graciosamente la comprensión clara del ejercicio o juego, desde la técnica hasta la táctica colectiva o el sistema de juego ordenado por capítulos, donde el tema deseado se localiza fácilmente y el ejercicio necesario puede ser encontrado; pretendemos que sea un texto útil y funcional ante todo.

Confiamos que éste no será el único y último texto, ya que en un futuro, ampliaremos nuestros contactos dando lugar al nacimiento de nuevos libros que contribuyan al conocimiento de este precioso y completo deporte.

Fernando De Andrés

Licenciado en EF

jugador internacional de Balonmano

(115 veces internacional)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

FUNDAMENTACIÓN TEÓRICO-PRÁCTICA

GENERALIDADES

Parece evidente que el contenido esencial de un libro, el producto que se pretende vender e interesa comprar, en una publicación de la serie “1.000 ejercicios y juegos”, son las situaciones propuestas, los ejercicios y juegos en si. En función de la originalidad-rigurosidad-coherencia de cada uno de ellos, así como de la lógica de ordenación-progresión de la totalidad de los mismos, existirá una menor o mayor aceptación de ese producto.

Desde nuestro punto de vista, es relativamente fácil vender el producto tal y como éste sale al mercado. Pero nos parece bastante más complejo explicar el proceso que conduce a ese resultado final, el porqué del resultado final. Y como autores consideramos tanto o más importante el conocimiento de las razones, de las justificaciones, de la filosofía que nos mueve a ese orden o taxonomía general, y a ese ejercicio concreto. Ello es lo que trataremos de explicar en las siguientes lineas.

En principio existen dos ideas claras que marcan la intencionalidad de la obra:

1. El análisis del ejercicio jamás debe ser efectuado desde la óptica intrínseca del propio ejercicio. Éste no pretende ser una receta ni el libro un recetario. Recomendamos que antes del análisis de los ejercicios, el lector revise los planteamientos teórico-metodológicos desarrollados. De este modo, será fácil entender los criterios de estructuración de los mismos y la relación del juego-ejercicio en su contexto. A su vez, posiblemente las diferentes propuestas que aportamos, no se considerarán como una imposición categórica sino como una argumentación de posibilidades.

2. Por otro lado, el énfasis del ejercicio no radica en los aspectos estructurales-organizativos del mismo, sino en la relación objetivotarea existente en el mismo. No es suficiente con que el entrenador domine la organización, el cómo debe ejecutarse de forma coordinada la situación que se plantea. Tampoco con que el jugador entienda la estructura del ejercicio. La organización no representa más que un medio para hacer transparente el aprendizaje del ejercicio. Hay que aprender algo más que su propio desarrollo. Deberíamos valorar a su vez, primero, que es lo que queremos enseñar (determinación del objetivo de trabajo), en segundo lugar, si el ejercicio cumple con el objetivo propuesto (verificación de la correlación actividades-objetivos) y, finalmente, si el jugador aprende la conducta requerida por el objetivo, o si únicamente realiza la tarea con ajuste a su organización o estructura (evaluación del aprendizaje).

En otras palabras, la estructura y la organización, no serán tan importantes como las consignas, las observaciones y la explotación de los aspectos metodológicos, que cada entrenador debe realizar, para adaptar la situación motriz a las capacidades del ejecutante, para su perfecta asimilación.

A continuación vamos a tratar de justificar el porqué de la aparición de las diferentes unidades de contenido, aparecidas en los ocho capítulos del libro.

– Hemos de distinguir, en primer lugar, cinco capítulos que se plantean como una superación de etapas perfectamente estructuradas entre sí, lo que denominamos bloques temáticos articulados, a partir de unas líneas directrices establecidas por un programa marco de actuación. En segundo lugar, se introducen tres capítulos que aparecen como bloques específicos con contenido propio (bloques temáticos diferenciales), con una lógica explicativa intrínseca.

Bloques temáticos articulados

Capítulo 2: Las situaciones individuales de juego sin balón

Capítulo 3: Las situaciones individuales de juego con balón

Capítulo 4: Las situaciones de finalización de la acción individual

Capítulo 1: (Volumen II): Los medios o combinaciones colectivas

Capítulo 2: (Volumen II): Los sistemas de juego

Bloques temáticos diferenciales

Capítulo 1: Las situaciones de desarrollo motor

Capítulo 3 (Volumen II): El portero

Capítulo 4 (Volumen II): Las situaciones especiales

ANÁLISIS DE LAS UNIDADES DE CONTENIDO

Los bloques temáticos articulados

EL PROGRAMA MARCO DE ACTUACIÓN

Hemos defendido con anterioridad la concepción de un libro que, aunque eminentemente práctico y operativo, no debe olvidar una estructuración lógica que permita articular los diferentes ejercicios y juegos propuestos, en una progresión metodológica tal que posibilite una aproximación progresiva al conocimiento de los elementos integrantes del Balonmano.

Asimismo, hemos distinguido unas unidades temáticas autónomas, núcleos diferenciales que es necesario conocer, de unas unidades de contenido articuladas, que marcan el acento o la intención básica en el planteamiento de unas líneas metodológicas directrices. Nuestro punto de inflexión se centra ahora en este segundo apartado.

PROGRAMA MARCO:
APROXIMACIÓN PROGRESIVA AL CONOCIMIENTO DE LOS DEPORTES DE EQUIPO
OBJETIVO GENERAL Introducir al alumno en los elementos básicos de los deportes de equipo a partir de una progresión metodológica estructurada por niveles
CRITERIOS
DIDÁCTICOS
BÁSICOS
Las etapas a asumir son de superación progresiva, no pudiéndonos saltar ningún paso ni utilizar elementos de una etapa para desarrollar una etapa anterior.
Fases a considerar en ei proceso de relación Secuencia metodoiógica (unidades de contenido) Objetivos específicos
Fase de relación

El balón centro de atención.

La fase de progresión.

La fase de estructuración progresiva de Jas características diferenciales de cada deporte de equipo.

Conseguir la integración social.

Relacionar al alumno con el objetivo.

Conseguir el respeto y el cumplimiento de las reglas de juego.

Estructurar las nociones básicas de cooperación y oposición y asentar los medios básicos de colaboración y oposición.

Fase de desarrollo de los elementos básicos técnico-tácticos individuales

Elementos técnico-tácticos individuales defensivos.

Atacante sin balón.

Atacante con balón.

Fase final posesión balón.

Elementos técnico-tácticos individuales ofensivos.

Atacante sin balón.

Atacante con balón.

Fase final posesión balón.

Desarrollar los patrones motrices básicos (técnica) para dotar de los recursos necesarios para la adaptación a las diferentes situaciones de juego.

Desarrollar cada una de las intenciones tácticas de ataque y defensa inteligentemente.

Dotar de los recursos para actuar consecuentemente en todas las posibilidades de ataque y defensa.

Fase de desarrollo de los elementos básicos de la táctica colectiva

Elementos básicos táctica colectiva defensiva.

Combinaciones básicas.

Encadenamientos de las acciones.

Continuidad y variantes.

Elementos básicos táctica colectiva ofensiva.

Combinaciones básicas.

Encadenamiento de las acciones.

Continuidad y variantes.

Conocer y dominar cada una de las posibilidades de coordinación de las combinaciones tácticas.

Saber adaptar la solución más adecuada a las diferentes situaciones planteadas.

Dotar de los recursos para variar las posibilidades de respuesta.

Fase de desarrollo de los sistemas de juego

Los sistemas de juego ofensivos.

Los sistemas de juego defensivos.

Los sistemas de transición.

Contraataque. Fases

Repliegue defensivo. Fases.

Las situaciones especiales.

Organizar las acciones individuales en movimientos coordinados de equipo.

Estructurar los movimientos básicos regulando las capacidades de decisión individuales, en función de las diversas situaciones posibles.

El programa marco de actuación progresiva representa la estructura básica, el marco articulador común de la línea de progresión metodológica por aproximaciones sucesivas al conocimiento de la totalidad de los elementos configurantes del balonmano.

Las etapas a superar serían las siguientes, dentro de esta progresión:

1. Fase de relación o de experimentación global.

2. Fase de desarrollo de los elementos técnico-tácticos individuales.

3. Fase de desarrollo de los elementos básicos-tácticos colectivos.

4. Fase de desarrollo de los sistemas de juego.

Para la aplicación correcta de este programa, deberíamos respetar unos criterios básicos:

Las etapas a desarrollar son de superación progresiva, por lo que, atendiendo a criterios de complejidad, no deberíamos utilizar elementos de una de las etapas, para explicar conceptos relacionados con una etapa de tratamiento anterior. Asimismo, el criterio de superación progresiva implica que cada etapa edifique su estructura básica en aspectos de la etapa inmediatamente anterior. Evidentemente, no podremos tampoco saltarnos ninguna de las etapas propuestas.

Sobre el papel, parece lógico el criterio de no obviar etapas, para conseguir un conocimiento completo de nuestro deporte. También parece coherente plantear unos elementos a desarrollar en forma de progresión, en base a unos criterios de dificultad creciente. Sin embargo, es frecuente observar, por ejemplo, cómo en un nivel de desarrollo de elementos técnico-tácticos individuales, simultáneamente se desarrollan situaciones de organización del juego en sistemas estructurados. No por triste, deja de ser usual contemplar niños en etapa de formación de sus habilidades básicas, “jugando” con un disciplinado sistema defensivo 6:0.

Desde nuestro punto de vista, ello debe ser considerado, si no erróneo, si difícil de asimilar por parte del practicante.

No podemos pretender de forma simultánea, y menos por causa de una búsqueda de resultados a corto plazo, que un jugador en formación, en fase de conocimiento de sus posibilidades individuales de actuación, (elementos técnicos y tácticos individuales), a la vez deba someterse-resignarse a ser una pieza más del engranaje de un cerrado sistema de juego. Esa incongruencia es fácilmente constatable en la dificultad de enseñar y aprender al mismo tiempo, las diferentes intenciones tácticas individuales de defensa (disuadir, interceptar, controlar...) y las trayectorias de un central en la defensa 3:2:1.

Parece un planteamiento más razonable, atendiendo al principio de progresiva especificidad, pensar que primero debemos conseguir un desarrollo de las capacidades individuales, para, en un estadio final, adaptar éstas a un sistema de juego.

Por otro lado, también pensamos que, aunque debe existir una competición, ésta siempre debe estar subordinada a la consecución de unos objetivos de aprendizaje. Competir para aprender y no aprender para competir, resumiría nuestra idea de la competición en etapa de formación.

Para ello, la organización de la competición debería venir determinada por los objetivos de la etapa de aprendizaje en la que estemos situados, y no al revés.

Jugar partidos con defensa 6:0, en basculación, poco ayuda a que el niño desarrolle sus potencialidades motrices y cognitivas, porque el sistema condiciona sus actuaciones.

Más adelante, ofreceremos nuestra particular propuesta de evolución respecto a la organización del juego, (que no sistema), acorde con la línea de progresión establecida tal, que permita desarrollar los objetivos de cada una de las etapas.

Otro de los aspectos a considerar en este programa de actuación progresivo, como hemos indicado, es la imposibilidad de obviar las etapas anteriores. La superación de una etapa no implica el desentendimiento respecto de la etapa anterior. Bien al contrario, cada etapa se fundamenta en las etapas anteriores: los sistemas de juego se estructuran en células inferiores, las combinaciones tácticas colectivas. A su vez, éstas se fundamentan en la coordinación de las acciones técnico-tácticas individuales. Ésta es la lógica aplastante de la línea de actuación en el tratamiento de los elementos constitucionales del Balonmano, bajo un planteamiento que intencionadamente trata de adscribirse a la teoría de la transferencia fenómeno-estructural. Esta teoría, defendida por autores como Claude Bayer1 y Jean Pierre Bonnet,2 resalta la necesidad de contemplar la relación entre la totalidad de los elementos de la estructura, en este caso del Balonmano, tratando progresivamente de conocer la totalidad de la misma, a partir de células básicas del aprendizaje.

Es importante hacer notar que esa interrelación permite que no sea necesario el dominio de todos los elementos y modalidades de ejecución de una etapa, según el criterio de integración de las etapas anteriores. Así pues, podríamos realizar un tratamiento más profundo de elementos tácticos colectivos complejos, una vez hayamos entrado ya en el desarrollo de los sistemas básicos de juego.

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Gráfico 1

LOS PROGRAMAS POR NIVELES: LA FASE DE RELACIÓN

Esta fase coincide, desde nuestra perspectiva, con un tratamiento común de iniciación general a los deportes de equipo.

Partiendo de la plena convicción en la existencia de transferencia entre prácticas deportivas colectivas, hemos llegado al acuerdo de no introducir situaciones referentes a esta primera etapa.

La razón fundamental radica en que consideraríamos un planteamiento exclusivista, el permitirnos la licencia, en un libro de Balonmano, de hacer un tratamiento de iniciación, parcelando la temática a nuestro deporte, sin considerar para nada el resto de prácticas deportivas colectivas. Si cada deporte defendiera su propio planteamiento de iniciación, “sin intrusiones”, en beneficio de una especialización precoz, limitaríamos las posibilidades del niño. Por otro lado, la posibilidad de repetición de contenidos, de prácticas deportivas no tan diferentes como se pretende hacer creer, aumentaría considerablemente.

Nuestra defensa de la transferencia transversal, y de un planteamiento pluridisciplinar en la iniciación, pasa por olvidar el establecimiento de una línea de progresión directa al aprendizaje de los elementos específicos de cada uno de los deportes de equipo. La reiteración conceptual, asociada a la pérdida de tiempo, son criterios de peso, como para cuestionar la tesis de defender acérrimamente los egoístas valores de una iniciación precoz al Balonmano, basados en una búsqueda de rendimiento a corto plazo, que acota, limita y condiciona las potencialidades del individuo. Y no debemos olvidar que bajo el marcado influjo del deporte de alto rendimiento, o por lo menos, en base a los parámetros del deporte adulto, estas propuestas, posiblemente caen en el peligro de realizar un tratamiento de la iniciación asociada a la simple reducción de la compleja estructura del Balonmano de élite y lo que es peor, posibilitan que se tenga el derecho a decidir por el niño, no sólo qué prácticas deportivas puede o no puede realizar, sino incluso el puesto específico que ocupará en este deporte.

En definitiva, la iniciación a los deportes de equipo, debe salvaguardar, por encima de la idea de formar jugadores y equipos campeones, la responsabilidad de dotar al niño del máximo de disponibilidad motriz, no exclusiva de las habilidades específicas del Balonmano. Es por ello que hemos abandonado lo que consideramos una línea equivocada de actuación, centrada en el tratamiento de la iniciación al Balonmano. Consideramos más razonable, más global y más formador un proyecto de iniciación a los deportes de equipo. Pero éste, en todo caso, es un proyecto diferente.

LOS PROGRAMAS POR NIVELES: LA FASE DE APRENDIZAJE DE LOS ELEMENTOS BÁSICOS TÉCNICO-TÁCTICOS INDIVIDUALES

Conceptos desarrollados

LA TÉCNICA

Concepciones generales de la técnica

TÉCNICA

Sinónimo de aprendizaje motor. Se refiere a la mejora y automatización de las destrezas deportivas como resultado de la ejecución repetitiva y consciente de las mismas (Grosser/Neumaier, 87).3

noindentlist Sinónimo de aprendizaje motor. Coordinación de movimientos adaptados o en relación con el entorno. Automatización de movimientos que permitan un control cinestésico de la acción sin oposición (Riera, 89).4

Modelo ideal de un movimiento (Shock, 87).5

Consecución de una forma estándar, mediante ejercicios de asimilación en condiciones facilitadoras, para conseguir la consolidación de elementos técnicos sin oposición (Konzag, 84).6

TÉCNICA DEPORTIVA

Modelo ideal de un movimiento que se pretende alcanzar, el cual puede descomponerse en características medibles (cuantitativas), y valorables en su coordinación (cualitativas) (Grosser/Neumaier, 87).7

Procedimiento eficaz para la acción corporal, a partir de un estudio de la motricidad, adaptándose a la normativa o reglamento. Ha de permitir obtener la máxima eficacia dentro de las posibilidades del atleta, y del medio en el que interactúa, así como comparar el modelo (valor nominal) y el resultado de la acción (valor real) (Schnabel).8

Modelo ideal de un movimiento que sirve para resolver un problema motor específico (Neuamier/Ritzdorf).9

TÉCNICA PERSONAL

Adaptación de los elementos principales de la técnica ideal, a las capacidades individuales (Grosser/Neumaier, 87).10

Sinónimo de estilo. Adaptación al individuo del modelo ideal (Neu- maier/Ritzdorf).11

ESTILO

Sinónimo de técnica buscada. Implicaría el uso de una técnica personal, conjuntamente con una interpretación o expresión del movimiento (Grosser/Neumaier, 87).12

HABILIDAD

Proceso automatizado de un movimiento adquirido en un proceso de aprendizaje (Shock, 87)13

Síntesis conceptual (Técnica)

Modelo ideal a imitar que trata de conseguirse mediante movimientos automatizados de los que se dispone de forma consciente.

Conjunto de gestos eficaces, propios del deporte, que tienen un objetivo en si mismos. (Objetivo intrínseco centrado en su propio autoperfeccionamiento).

La técnica en el Balonmano

Dominio del gesto (Bárcenas, 76).14

Es el gesto que ha de realizar un jugador, en cada una de las acciones individuales que intervienen en el desarrollo del juego. Dicta las reglas prácticas para la ejecución apropiada y racional de los gestos específicos. Establece una relación entre el gesto y los cánones establecidos (Bárcenas, Román, 91).15

LA TÁCTICA INDIVIDUAL

Concepciones generales de la táctica individual

TÁCTICA

Situaciones de adaptación a la existencia de oposición, en la que los deportistas han de escoger entre las diferentes alternativas, en función de sus contrincantes (Riera, 89).16

Superación de una situación específica mediante una acción concreta (Hähn, 84).17

Parte de los principios generales de la estrategia deportiva y se basa en la riqueza o bagaje de los elementos técnicos (Talaga).18

Adquisición progresiva de la capacidad de juego, a partir de la utilización de la oposición (Konzag, 84).19

Acción táctica

Acción consciente y orientada hacia la solución de problemas surgidos a partir de situaciones de juego, en el marco del reglamento, que consta de un proceso de percepción y análisis de la situación, decisión mental y solución motriz (Mahlo, 81).20

TÁCTICA INDIVIDUAL

Intervención de la razón en la utilización de los procesos técnicos conocidos por los jugadores. Elementos de base para las acciones colectivas (Dufour, 89).21

HABILIDAD TÁCTICA

Capacidad del deportista de poner en funcionamiento de forma efectiva todas sus destrezas, cualidades físicas y conocimientos tácticos, con la finalidad de resolver las diferentes tareas individuales y colectivas (Hegedus, 81).22

Habilidad con necesidad de utilización de parámetros conscientes, donde la consciencia se centra, no en la ejecución técnica, sino en la utilización variable de esta habilidad, en función del objetivo a conseguir. Acción segura, precisa y controlable conscientemente, al tener unos automatismos creados en cuanto a su reflexión técnica (Shock, 87).23

CAPACIDAD TÁCTICA

Posibilidad, potencialidad de solucionar problemas tácticos (Shock, 87)24.

Síntesis conceptual (Táctica)

Aplicación u ofrecimiento del gesto técnico adecuado a una situación variable en espacio y tiempo real.

Adaptación consciente e inteligente del gesto técnico a un objetivo extrínseco (en función del resultado de la ejecución).

La táctica individual en balonmano

Ofrecimiento del gesto adecuado (Barcenas, 81).25

Elección del gesto apropiado en cada momento, tanto en ataque como en defensa, efectuado oportunamente, a la velocidad conveniente (Bárcenas, Román, 91).26

Conjunto de acciones individuales utilizadas conscientemente por un jugador, en su lucha contra uno o más adversarios, cuando se encuentra en una de las fases del ataque o de la defensa (Falkowsky/Enríquez, 79).27

LOS NEXOS DE UNIÓN TÉCNICA-TÁCTICA INDIVIDUAL

Ya hace tiempo que se plantea la problemática de cómo estructurar la relación existente entre los factores técnicos y tácticos en la enseñanza del balonmano. Cuando nosotros hacemos incidencia en los factores técnicos, nos centramos en la ejecución, en el autoperfeccio- namiento de un gesto ideal a imitar, y ofrecemos un modelo que se basa en la enseñanza de los aspectos caracteriales propios de nuestro deporte. Si nosotros optamos por un modelo centrado en el desarrollo de las intenciones tácticas, incidimos sobre la adaptación inteligente de los elementos técnicos a la situación de juego, siguiendo la línea marcada por la teoría fenómeno-estructural.

Aquellos que optan por un modelo técnico, generalmente proponen una clasificación, listado de posibilidades o modalidades de ejecución (elementos técnicos), y establecen una progresión metodológica de los mismos en función de su hipotético nivel de dificultad. Cada elemento es tratado primero de forma aislada, descomponiendo el gesto en partes, para conseguir al final de este proceso “facilitador” del aprendizaje, una integración de éstas. Finalmente de una u otra forma, se habla de la aplicación de estos elementos técnicos a la situación real de juego.

La aplicación de este modelo a la práctica me sugiere una serie de cuestiones que me hacen dudar de su eficacia, en una etapa de iniciación a los elementos básicos de la técnica y la táctica individual.

1. ¿El bote es un elemento técnico, o un elemento táctico individual?

2. ¿Es posible diferenciar un elemento técnico de un elemento táctico individual, o son el mismo elemento, desde la perspectiva de un enfrentamiento diferente?

3. ¿Es el niño capaz de aceptar y asimilar, con la precisión y rigurosidad marcada por la temporización de los elementos a desarrollar en la programación, esos modelos que le vienen impuestos desde fuera?

4. ¿Es posible que todos los niños aprendan, desarrollen sus conocimientos al mismo tiempo?

5. ¿Es el niño capaz de apreciar la transferencia de su entrenamiento técnico basado en unos objetivos de autoperfeccionamiento del movimiento, ajenos a cualquier situación de juego real?

6. ¿No es cierto que en un modelo de progresión lineal, el jugador tarda mucho tiempo en poder aplicar al juego real, aquellos automatismos que entrena en unas fases iniciales de aprendizaje?

7. ¿Podemos dudar a su vez de un tratamiento aséptico en el análisis secuenciado de los movimientos, en el entrenamiento de un deporte donde se exige de los jugadores la continua integración y adaptación de los mismos a las modificaciones del entorno?

8. ¿Qué criterios tenemos para seleccionar y secuenciar en una progresión lineal, los elementos que el niño ha de aprender? ¿Qué es más difícil, fintar o pasar el balón?

Hemos de pregúntanos si en realidad, la técnica, es en términos generales “programable”, y ha de representar la piedra angular de todo planteamiento metodológico, o si la técnica es un recurso que favorece la consecución de unos objetivos superiores centrados en el aprendizaje de unas intenciones tácticas, y por tanto es más adecuado hablar de la programación de las intenciones tácticas individuales.

Considerando lo dicho hasta ahora, algunos autores inciden en las relaciones de colaboración y oposición como factores fundamentales, para establecer una secuencia de aprendizaje basada en los elementos tácticos, y en general se estructuran sus contenidos a partir de la progresión en las siguientes situaciones:

Situaciones 0 relaciones Ataque/defensa

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La presentación de esta propuesta hace que existan una serie de consideraciones a plantear al respecto:

1. En primer lugar, a pesar de que aparecen elementos del ataque y de la defensa (y consecuentemente el factor oposición implica la introducción de la modificación y adaptación táctica de la respuesta), no es menos cierto que no se conjugan los objetivos de ambos roles, acostumbrándose a trabajar prioritariamente uno de los aspectos, casi siempre el ataque, siendo la defensa un elemento secundario de ayuda.

2. Es fácilmente observable que se introducen en una misma situación motriz, relaciones que exigen de una colaboración estructurada del ataque, junto con relaciones de no colaboración o de solución individual defensiva. Da la impresión de que las perspectivas de ataque y defensa no pudieran ser consideradas en la misma dimensión, cuando en situación de juego se contraponen simultáneamente.

3. Por otro lado, se confiere más importancia a la estructura formal de las situaciones, que a las intenciones a desarrollar, y que a la progresión en el aprendizaje de las mismas. En realidad existen situaciones de 1 × 1, que posiblemente son de un nivel de complejidad muy superior a ciertas situaciones de 2 × 1 ó 2 × 2, por ejemplo.

Nosotros defendemos, en nuestra propuesta, en primer lugar, que la técnica y la táctica individual, hacen un tratamiento de un mismo elemento desde perspectivas diferentes. No considero adecuado tratar de establecer más diferencias entre ambos conceptos: el bote, podemos analizarlo, desde el punto de vista de la ejecución biomecánica del movimiento (perspectiva técnica), o desde el punto de vista de su intencionalidad táctica (botar para progresar, para superar al adversario directo, para perder tiempo...), pero seguimos hablando de un mismo elemento. Será necesario su desarrollo desde estas dos perspectivas, considerando tanto el objetivo intrínseco de autoperfecciona- miento, como el objetivo extrínseco de adaptación a un entorno variable, para que el niño entienda su dimensión total.

Lo que tratamos de decir, es que no podemos desligar el entrenamiento técnico de un elemento, respecto de la elección y adaptación de este gesto, a una situación de entrenamiento táctico. Partiendo de un modelo asociacionista, de progresión lineal, no existe la aplicación inmediata de los movimientos aprendidos a situaciones sociomotrices reales, y eso puede conducir a una situación de desconexión, de imposibilidad de relación del gesto a esa situación, por falta de realimentación inmediata y de proceso de transferencia del gesto a situaciones de adaptación del gesto, suficientemente cercanas en el tiempo, como para hacer efectiva su adquisición consciente. El siguiente cuadro trata de resumir lo dicho siguiendo una óptica tradicional.

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Nosotros consideramos necesario integrar conceptualmente en una misma acepción, la variable técnica y táctica de un mismo elemento, como base para nuestra posterior propuesta de unificación de las acciones motrices o actos intencionales del ataque y de la defensa. El cuadro sinóptico que refleja nuestra postura sería el siguiente:

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Se hace pues necesario, definir claramente la relación entre la técnica y la táctica individual en dos ideas fundamentales:

– La técnica necesaria como soporte de la táctica: hemos de considerar unos patrones motrices estereotipados, una coordinación de movimientos tal, que posibiliten una acción inteligente. Para tener una actuación táctica permanente mientras botamos un balón, es imprescindible tener un control únicamente cinestésico sobre la ejecución del movimiento, para poder utilizar el sentido de la vista para funciones superiores de la acción táctica. Un jugador no debe mirar la pelota mientras bota, para saber en todo momento qué sucede a su alrededor, cómo se modifica el entorno. Este punto trata de explicar la línea de realimentación de la técnica hacia la táctica, que se representa gráficamente en el cuadro anterior.

– La técnica subordinada a la táctica: el entrenamiento de la técnica, centrado en su autoperfección, no es más que un primer paso, un medio para llegar a una estructura superior, marcada por los objetivos de juego, donde es necesario adaptar aquel gesto o movimiento. Creemos que el planteamiento de situaciones de entrenamiento táctico, facilitará el aprendizaje de nuevos patrones motrices básicos, o cuando menos, perfilará y afinará los ya existentes. Debemos pensar, que quizás todos los gestos que “programemos” para el aprendizaje, no tienen por qué ser asimilados por nuestros jugadores. Y es más, también es posible, que con el planteamiento de situaciones de adaptación del gesto, el niño cree patrones motrices de conducta, que sin ese tipo de entrenamiento, no hubiera podido desarrollar, sencillamente porque nosotros no lo habíamos “programado”, por no haberlo previsto. Esta idea es la que trata de explicar la línea de realimentación de la táctica hacia la técnica, en el cuadro presentado anteriormente.

El concepto táctica individual, define claramente la idea de intencionalidad, y por tanto, ha de ser el punto de referencia básico para estructurar una secuencia de aprendizaje de las acciones individuales en los deportes de equipo. Desde esta perspectiva, tratamos de formar jugadores inteligentes, con capacidad de decisión propia, dotados de recursos, experiencias y conocimientos para solucionar diferentes situaciones sociomotrices. Es por eso que defendemos un programa basado en un encadenamiento de acciones, tanto en las funciones atacantes como defensivas, que posibiliten la actuación continuada del jugador. Estamos hablando del establecimiento de una relación diacrónica (cronológica), para los elementos del ataque y de la defensa.

En una programación basada en la táctica individual, deberíamos dar la misma importancia (como realmente la tiene), a los dos aspectos mencionados. Metodológicamente, deberíamos establecer unas relaciones sincrónicas ataque-defensa, para conseguir que en toda situación pedagógica planteada, existan unos objetivos para los defensores y unos objetivos para los atacantes. De esta manera:

Podemos hablar de la existencia de mayor facilidad de transferencia a situaciones de partido.

Podemos ganar tiempo de aprendizaje, al plantear las sesiones con un doble objetivo. Superamos asi, la idea de que los defensores actúan como colaboradores de los atacantes, trabajando en situaciones ficticias, o con limitaciones (o al revés). Nuestro modelo en este sentido, parte de la idea de que todo el mundo ha de tener un objetivo a conseguir, y para ello debe actuar al limite de sus posibilidades. Será tarea del entrenador, plantear correctamente las situaciones desde esta perspectiva, para conseguir este objetivo final pretendido, tanto desde el punto de vista del ataque como de la defensa.

Debemos hacer incidencia, control y corrección sobre el mecanismo de ejecución, cuando tengamos muy claro:

Que el niño ejecuta el movimiento con una intencionalidad propia (sabe contestar al porqué de su ejecución).

Que la incorrecta respuesta motiz no es producto de errores del mecanismo perceptivo o del de decisión mental.

Este planteamiento general, pretende inscribirse en la tendencia derivada de la aceptación de la teoría fenómeno-estructural ya comentada con anterioridad.

Metodología de aplicación: el programa de actuación

LAS SITUACIONES O FACTORES A CONSIDERAR

Representan la totalidad de las manifestaciones o posibilidades, tanto de las situaciones tácticas individuales del ataque como de la defensa. Es un listado de elementos que es necesario estructurar en una secuencia metodológica, haciendo razonable su aprendizaje.

LA SECUENCIA METODOLÓGICA DE LAS INTENCIONES TÁCTICAS DE DEFENSA

Aparece como noción básica la idea del marcaje.

Este aspecto ofrece una gama de posibilidades o intenciones diferentes en función del oponente directo.

Tratamos de estructurar un modelo explicativo coherente, lo cual no implica que sea el único modelo válido, en cuanto a su relación diacrónica.

Tratamos de encadenar todas las acciones, para conseguir que las situaciones del ataque puedan ser contrarrestadas por una acción defensiva y, además, que el sumatorio de actuaciones de un defensor sea asumido por éste como una serie ininterrumpida de intenciones, sin vacíos de actuación.

Secuencia 1: Atacante sin balón

Delante de esta primera situación pedagógica y a nivel de intenciones tácticas individuales, el defensor actuará:

1. En primer lugar realizando un marcaje en disuasión de la recepción, para conseguir que su oponente directo no tenga opción a que le sea realizado un pase. Tratamos pues de evitar que el portador del balón tenga la intención de pasarlo a nuestro oponente directo.

2. En el momento en el que no tengamos éxito, es decir, cuando el poseedor del balón considere que el marcaje en disuasión no es correcto, y por tanto ejecute el pase, el defensor encadenará una segunda posibilidad defensiva centrada en la intercepción del pase.

Secuencia 2: Atacante con balón

Cuando no tenemos éxito en nuestro marcaje de interceptación, es decir, cuando no evitamos que nuestro oponente directo entre en posesión de la pelota, nos situamos en una segunda secuencia metodológica, en la cual nuestro marcaje se realiza sobre un jugador portador de balón.

3. Nosotros podemos plantearnos en esta situación, la posibilidad de desposesión, es decir, de quitar el balón a nuestro oponente.

4. En caso de no conseguirlo, deberíamos, como mínimo, dificultar su acción ofensiva con balón, retrasándola, tratando de conducir al adversario hacia aquellas zonas o situaciones que ofrezcan más ventajas a nuestra actuación defensiva. En definitiva, encadenando una intención táctica de acoso.

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5. Si no tenemos éxito en esta acción, trataremos de intervenir en forma de control sobre nuestro adversario con balón, dentro de los límites permitidos por el reglamento (o incluso trasgrediéndolos), con tal de evitar la continuidad de su acción ofensiva.

Dentro de esta segunda secuencia, podemos hablar de reversibilidad entre las intenciones tácticas que planteamos, podemos modificar su orden de aparición, tal y como se observa en el cuadro adjunto. Ofrecemos un modelo lógico adecuado al aprendizaje de estas intenciones, que como puede apreciarse, es susceptible de ser modificado.

Secuencia 3: Fase final de posesión del balón

En el momento en que no conseguimos evitar que nuestro oponente esté en disposición de finalizar su acción de ataque con balón, mediante un lanzamiento a portería, o dando continuidad al juego ofensivo mediante un pase, nos encontramos con lo que llamamos fase final de posesión del balón.

6. Caso que el jugador trate de lanzar, nosotros utilizaremos la intención táctica de blocaje del balón, situándonos en línea de tiro o lanzamiento.

7. Caso de que escoja el pase como forma de continuar el juego, trataremos de utilizar la disuasión del pase, situándonos en la linea de éste.

Cabe decir en este punto, que estamos hablando de reacciones defensivas, en función de unas formas de ataque. Esto no quiere decir que la defensa deba ser explicada en función del ataque. Es posible que nuestra intención defensiva condicione la forma de desarrollar la acción atacante, pero la explicación de esta línea argumental, se haría probablemente mucho más compleja.

LA SECUENCIA METODOLÓGICA DE LAS INTENCIONES TÁCTICAS DEL ATAQUE

Seguimos el mismo esquema para extraer el encadenamiento de las acciones del ataque, tal y como habíamos hecho en el caso de la defensa, a partir de una noción básica: el desmarque.

Secuencia 1: Atacante sin balón

1. La intención táctica fundamental de un atacante que se encuentra sin balón, dentro de un proyecto de acción individual, es realizar un desmarque sin balón, para poder recibirlo.

Secuencia 2: Atacante con balón

2. En el momento en que nos desmarcamos correctamente, tendremos opción al encadenamiento de acciones recepción-adaptaciónmanejo, entrando en una segunda situación donde el atacante está en posesión del balón.

3. Una de las posibilidades coherentes de encadenamiento, parte de la noción de protección del balón, como hilo conductor de las intenciones del atacante con balón.

4/5. A partir de esa idea, y en función de las intenciones de progresión con balón y de desmarque con balón, nosotros podemos optar por