Cuando los españoles llegaron al Archipielago Filipino, encontraron que sus habitantes de raza malaya llamados Indios, tenian sus alfabetos y su manera de escribir própia.
Si bien su estudio parece poco interesante, porqué tal escritura està hoy por completo abandonada y olvidada, y porqué no existen libros ni monumentos con inscripciones antiguas, es sinembargo, curioso y útil para la historia de aquellas islas, historia tan descuidada y tan poco conocida que, apesar ó por lo mismo quizás que de ella se ha escrito mucho, está aun por estudiar y hacerse.
La etnografia filipina que tanto debe hoy dia à los alemanes y á los austriacos, ha recibido tan poca contribucion de las plumas españolas, que parece que es una cuestion de mas interés para los primeros que para los últimos.
Aun en esa misma coleccion enorme de Historias de Filipinas, mas ó menos largas, mas ó menos cargadas de sucesos maravillosos y de relatos de castigos divinos, la cuestion etnográfica es ligeramente tocada por los autores cuya ocupacion predilecta ha sido el relato de los sucesos politico-religiosos. Aqui y allá se encuentran esparcidas tales ó cuales noticias que recogidas con cuidado, y despues de una crítica minuciosa, pueden servir para el estudio de las razas, de la religion, de los usos, etc., etc. de aquellos insulares.
La cuestion de los alfabetos ha sido tratada por casi todos los historiadores del Archipiélago, pero de una manera tan ligera, y tan en contradiccion unos con otros, que nos ha parecido deber contribuir con estas notas para la aclaracion de tan interesante sugeto.
Nadie se ha ocupado especialmente de esta cuestion, si se exeptua Monsieur Jacquet que hizo en 1831 un estudio que publicó en el Nouveau Journal Asiatique de Paris bajo el título de Considérations sur les Alphabets des Philippines. En él se ocupa solamente de dos de ellos: uno de la lengua Ilocana que el autor encontró manuscrito en un libro de la Biblioteca Real de Paris[1] y el otro de la lengua Tagala que lo copió de la obra de M. Thévenot[2].
Estos fueron los dos únicos que tuvo à la vista M. Jacquet y se queja de no haber hallado en ninguna de las muchas gramáticas que existen de las lenguas de filipinas, modelo alguno de sus respectivos alfabetos. Esta omision es verdaderamente sensible: ninguno casi de aquellos autores se ocupó de producir en sus obras los caracteres de la escritura de las lenguas que nos dan à conocer y cuyas gramáticas se esforzaron de constituir. Esta falta es sobre todo sensible en el P. Totanes que escribió[3]: «No se trata de los caracteres de la lengua, porque es ya raro el indio que los sabe leer, y rarísimo el que los sabe escribir[4]».
El P. San Agustin hizo una gramática tagala que podemos oponer como una excepcion. Dice en la página 168:[5] «Por último pondré el modo que tenian de escribir antiguamente y al presente lo usan en el Comintan, y otros pueblos. Los caractéres son aprendidos de Malayos, y son diez y siete: las tres vocales que equivalen à las cinco nuestras.»