David A. Phillips vivió entre 1934 y 1993 y escribió doce libros. Su experiencia en los campos de la salud y la nutrición culminó con el doctorado en Filosofía (doctorado especializado en investigación) que obtuvo en la Universidad de Londres en 1971. Viajó regularmente a todos los países de habla inglesa para impartir conferencias y atender consultas sobre numerología, e incorporó sus conocimientos sobre salud y crecimiento personal (no dejó de aprender en estos ámbitos) a sus enseñanzas. Muchas personas lo consideraban uno de los mejores numerólogos del mundo.
En la vida de todos nosotros ha habido personas que se han cruzado en nuestro camino y han ejercido una influencia profunda en la dirección que tomamos. Cuando conocí a David, yo no sabía absolutamente nada sobre la publicación de libros. Sus conocimientos y consejos me beneficiaron no solo a mí, sino también a los cientos de autores que publican con mi editorial.
Este libro ha pasado por muchas metamorfosis y sentí que, como parte de su evolución, debía llevarlo al nuevo milenio. Por lo tanto, para honrar la memoria de David, la amistad que nos unía y lo mucho que profundizó en la ciencia de los números, decidí editar con esmero El libro completo de la numerología para darle un toque contemporáneo.
David fue un padre devoto y un marido amoroso. El apoyo y el aliento que recibió por parte de su esposa, Delwyn, y su familia le aseguraron el éxito en el cumplimiento de todos sus objetivos vitales.
Leon Nacson,
Hay House Australia
Capítulo 1
Mi vida cambió radicalmente cuando conocí a Hettie Templeton en 1954. No estaba muy seguro de la profesión en la que había elegido formarme, la de ingeniero eléctrico, y mi amigo Bill Christopher me sugirió que fuese a ver a la señora T. para que me «leyera los números».
Aunque como estudiante estaba muy habituado a utilizar los números para comparar cantidades y resolver ecuaciones, en aquel entonces no estaba convencido de que pudieran usarse para arrojar luz a los problemas de la vida. Sin embargo, a los cinco minutos de conocer a la señora T., mis dudas se disiparon.
A partir de mi fecha de nacimiento y mi nombre, exclusivamente, la señora T. me contó cosas sobre mí que pensaba que solo yo sabía. La hora que estuve con ella cambió el curso de mi vida. Ese encuentro me otorgó una confianza que no había conocido anteriormente y obtuve explicación a muchos sucesos pasados «misteriosos». Quedé fascinado. Por lo tanto al año siguiente, coincidiendo con mi investigación de posgrado en el campo de la electrónica médica, comencé a estudiar numerología, la ciencia de los números.
Durante los muchos años que he estudiado numerología, he aprendido que no hay mejor manera de comprendernos a nosotros mismos ni de entender nuestras conexiones con los demás.
Muchísimas personas pasan gran parte de su tiempo zigzagueando por la vida, rebotando de una experiencia a otra como si estuvieran atrapadas en una máquina de pinball. Ocurre que no conocemos nuestra propia mente ni el camino (o los caminos) que nos conviene seguir. Y aunque actualmente hay innumerables cursos y seminarios dedicados al crecimiento personal, la sobrecarga de información suele desembocar en la indigestión psicológica e intelectual y en un nuevo tipo de confusión interior.
La numerología, en cambio, proporciona un conocimiento directo del yo interior; a partir de esta autocomprensión, podemos imprimir un determinado rumbo a nuestra vida.
La numerología reconoce que los números son vibraciones. Cada vibración es diferente de la siguiente debido a la cantidad de ciclos en los que oscila por segundo. La variación que se produce en cada caso es un número. Cada sonido, color, aroma y pensamiento es una vibración, y cada uno baila al son de su número inherente; por tanto, cada uno está conectado con la vida de una forma diferente. En consecuencia, no necesitamos tener demasiada imaginación para darnos cuenta de que la vida humana presenta una conexión íntima con los números, ya que estos constituyen la esencia misma de la expresión de la vida.
Comprender los números nos permite entender de forma sencilla y precisa nuestra propia existencia, de la misma manera que un itinerario nos ayuda a seguir una ruta que no hemos recorrido anteriormente.
Nacido en el año 608 a. C., Pitágoras buscó liberar la mente humana del confinamiento político y religioso. Con este fin, reunió a su alrededor a un número cada vez mayor de estudiantes deseosos de aspirar a la independencia personal y de descubrir el significado del amor y la vida. La esencia de sus enseñanzas aparece recogida en esta declaración: «Conócete a ti mismo y conocerás el universo y a Dios».
Pitágoras fundó su propia universidad en Crotona, una colonia griega ubicada en el sur de Italia, alrededor del año 532 a. C. Eran admitidas como alumnos todas aquellas personas que albergaban un deseo sincero de aprender, sin efectuar distinciones por razones de sexo, raza, color o credo. Ahora bien, todo aquel que se inscribía debía comprometerse a estudiar con ahínco.
El curso principal que se impartía era de desarrollo personal, y estaba dividido en tres partes. La más básica, la «Preparación», consistía en una formación intensiva en las «diez disciplinas matemáticas», con el fin de que el alumno consiguiese el «dominio de sí mismo».
En el segundo trimestre se impartía la «Purificación». La esencia de esta parte del curso era comprender la vida, el propósito de esta y cómo trabajar en armonía con ese propósito, lo cual se enseñaba a través de la «ciencia de los números», más conocida actualmente como numerología.
En el último trimestre se enseñaba a los alumnos el concepto de «Perfección», la cual abarcaba la integración de los componentes físicos, mentales y espirituales de cada persona y de la vida.
He escrito este libro pensando en el alumno entusiasta de la vida que, tal vez inconscientemente, ha estado buscando la «Purificación», las respuestas a los muchos enigmas de la existencia que le siguen intrigando. Es un curso completo de numerología basado en las enseñanzas pitagóricas originales. Descubrirás quién eres realmente y cómo puedes mejorar y comprender tu vida. La numerología también puede ayudarte a relacionarte mejor con los demás, a obtener mayor seguridad en el terreno emocional y en el económico, a conservar la buena salud y a vivir una vida absolutamente amorosa.
Capítulo 2
Dentro de cada persona hay una hermosa luz que espera brillar, un ser magnífico que ansía expresarse. Se trata del yo interior, nuestra individualidad, nuestra singularidad esencial. Pero no es esto lo que solemos manifestar en el mundo. En lugar de ello, hemos creado una «personalidad», una expresión compuesta en cuyo meollo se encuentra nuestra individualidad (nuestro yo interior).
El individuo promedio suele consistir en dos personas. Lo que se expresa libremente suele ser la imagen, mientras que la persona real, la individualidad única de nuestro yo interior, es reprimida con demasiada frecuencia. La imagen es una especie de fantasma emocional que hemos cultivado para proteger nuestros puntos sensibles. Pero no muestra, ni mucho menos, nuestra valía. Nuestra imagen nunca puede equipararse a la belleza y la grandeza de nuestro yo interior natural.
La aguda sensibilidad del yo interior a menudo se confunde con la vulnerabilidad y, en consecuencia, construimos un muro psicológico. De esta manera, sofocamos esta parte de nosotros mismos; no le proporcionamos aire, no la ejercitamos ni la expresamos.
Solo empezamos a comprender al yo interior cuando comenzamos a entender quiénes somos, de dónde venimos, con qué propósito elegimos esta vida y cómo realizar dicho propósito.
Todos estamos embarcados en una búsqueda de distintas formas, pero en general estamos centrados en la búsqueda de algo externo. Debemos darnos cuenta de que las respuestas se encuentran en nuestro interior, porque como personas pensantes y sensibles, necesitamos más respuestas a la vida de las que la religión, la política o la ciencia nos han dado hasta ahora. Necesitamos orientación, no promesas; ejemplos, no teorías. Y esto es lo que espero ofrecer en las páginas que siguen.
La ciencia de los números, como la enseñó originalmente Pitágoras, está a punto de ser revelada. ¿Estás preparado para emprender un viaje emocionante, que te llevará al núcleo de tu yo interior?
Capítulo 3
Para el científico materialista, los números no son más que símbolos que sirven para comparar cantidades. Para el científico metafísico o numerólogo, los números tienen un significado más profundo. Representan aspectos de lo que significa ser humano. En numerología, todos los números se desarrollan a partir del número absoluto, el 1; por tanto, están conectados con él. El 1 representa la manifestación del ego, sin la cual la vida humana carecería de expresión y dejaría de existir.
Para comprender verdaderamente la numerología, primero debemos conocer el significado metafísico esencial de los números a partir de los significados arcanos originales que reveló Pitágoras hace dos mil quinientos años.
Capítulo 4
Para penetrar en el nivel más profundo de la conciencia humana (algo que la numerología nos permite hacer), es importante comprender la naturaleza triple del ser humano y cómo nuestros «tres yoes» están íntimamente conectados.
Se utilizan tres denominaciones para hacer referencia de manera sucinta y sencilla a nuestros tres yoes: yo básico, yo consciente y yo superior. Voy a explicar cada uno de ellos.
El nivel básico de la expresión humana tiene lugar a través del cuerpo. El primer llanto del recién nacido, el grito de auxilio del adulto, la última palabra jadeante del moribundo..., todo ello emana desde y a través del yo básico. Este es el nivel en el que el niño se familiariza de forma práctica con su entorno. La expresión de los cinco sentidos físicos (ver, oír, tocar, saborear y oler) constituye las funciones primarias del yo básico, junto con hablar, reír, llorar y todas las demás actividades físicas.
La motivación del yo básico es en gran parte reactiva una vez que somos lo suficientemente mayores como para dominar las actividades físicas que llevamos a cabo en nuestro entorno. Es responsable de los comportamientos defensivos e instintivos del cuerpo (que no son lo mismo que los comportamientos intuitivos, regidos por el yo superior). La inseguridad, la búsqueda de sensaciones, el deseo de controlar las situaciones o a otras personas o el exhibicionismo descarado son expresiones del yo básico. Las personas que se rigen por su yo básico están motivadas por el ego, y sus deseos o exigencias a menudo son más fuertes que sus necesidades y preferencias. Se rigen esencialmente por el lado izquierdo del cerebro.
La comprensión de la numerología les será de gran ayuda a estas personas, que aprenderán a contener el yo básico, de tal manera que este pasará a ser el esclavo del ego en lugar de seguir siendo su dueño. Así podrán reconocer fácilmente las lecciones de la vida, lo cual evitará la necesidad de que estas se vayan repitiendo cada vez con mayor dureza y que el sacrificio sea cada vez más exigente.
No cabe olvidar nunca que el yo básico es vital para una expresión equilibrada mientras estamos en el cuerpo físico. De hecho, la integración total con los otros dos yoes se produce en el cuerpo en acción. Si esta integración no se ha producido, el cuerpo no está en acción, sino «en reacción» (es decir, sus comportamientos son de carácter reactivo).
Cuando aprendemos a controlar el yo básico, este se convierte en nuestro fiel sirviente físico. El ego está motivado entonces por la compasión y la sabiduría, nuestra vida física pasa a estar organizada y nos volvemos más pacientes con nosotros mismos y con los demás. Nuestra vida va estando menos marcada por el sacrificio a medida que vamos forjando un carácter más filosófico. Experimentamos una evolución por la que pasamos de ser víctimas a ser vencedores.
En su plenitud, el yo básico supone la conexión positiva de los tres números del plano físico: el 1, el 4 y el 7 (ver los capítulos cinco y seis).
El yo consciente aloja nuestros pensamientos y actitudes. También puede alojar nuestra alegría y tristeza, así como nuestra capacidad de elegir la alegría o la tristeza. Es el ámbito de la memoria, la creatividad y el idealismo.
El yo consciente constituye el puente entre el yo básico y el yo superior; integra nuestros aspectos reactivos e instintivos con nuestros valores espirituales. Representa la conexión entre los hemisferios izquierdo y derecho de nuestro cerebro.
Cuando elige manifestarse de forma negativa, el yo consciente se convierte en el yo inconsciente. Se vuelve embustero, reactivo, evasivo y estresado, y adopta el papel de la víctima «pobre de mí».
Sin embargo, si permitimos que cumpla su propósito último, el yo consciente es el gran evaluador. Traduce la conciencia espiritual en conciencia física. El yo consciente nos ayuda a interpretar la intuición, el amor y la sabiduría. En su seno, el conocimiento, la compasión y la sabiduría se traducen en acciones positivas.
El yo consciente está anclado en la memoria; vincula el conocimiento pasado con la experiencia actual para crear un depósito de información pertinente. Cuando se usa de forma positiva, este depósito de información se convierte en la base de nuestra confianza y autoestima, y se expande para abarcar una mayor creatividad e incluso el idealismo inteligente.
Los tres números del plano mental son el 3, el 6 y el 9, los cuales se unen para empoderar al yo consciente.
El yo superior incluye nuestras virtudes morales, ideas filosóficas y valores espirituales. Es la esencia de la sensibilidad y el sentimiento, el aspecto de nuestro ser que reconoce y determina nuestras necesidades. Se expresa como intuición, amor y sabiduría. Es nuestra forma más elevada de expresión, el Dios interior. La acción que tiene lugar a través del yo superior está vinculada en gran medida al hemisferio derecho del cerebro y es creativa, espiritual y compasiva.
Mucha gente confunde el amor con las emociones. El verdadero amor es una función del yo superior. La atracción física (regida por el yo básico) y el condicionamiento mental (regido por el yo consciente) suelen acompañar al amor, pero esto no es necesariamente así. El amor tiene una profundidad que impregna todas las facetas de la expresión humana positiva. Disfruta de expresarse a través de las emociones, pero estas no rigen sobre él.
La mejor manera de facilitar que se manifieste el yo superior es mediante el desarrollo de la intuición, la cual conduce a una profunda libertad personal. Junto a esta libertad uno descubre una riqueza y una compasión inéditas. Ello conduce a una sabiduría profunda, casi legendaria en la expresión humana.
En numerología, el yo superior se representa como el plano del alma o de los sentimientos, el cual comprende los números 2, 5 y 8. En el nuevo milenio, todas las fechas de nacimiento contienen al menos un 2, lo cual hará que veamos la manifestación de una espiritualidad más genuina en los asuntos humanos.
Capítulo 5
Cuando queremos abrir una puerta cerrada con llave, necesitamos la llave. En el caso de la mayoría de las personas, su yo interior está detrás de una puerta cerrada, por lo que rara vez descubren quiénes son realmente o desarrollan su máximo potencial.
La clave para descubrir el yo interior a través de la numerología es la tabla natal. El propósito principal de esta herramienta es ver rápidamente la fórmula o patrón general de nuestros aspectos fuertes y débiles. Cada fecha de nacimiento diferente se corresponde con una tabla natal diferente. Las variaciones son casi infinitas, pero la construcción es siempre la misma.
La tabla natal pitagórica, en su forma pura e incorrupta, está imbuida de una noble simplicidad, y fue transmitida de maestro a maestro a lo largo de los siglos. A continuación, voy a presentártela.
Convierte tu fecha de nacimiento a su equivalente numérico completo. Por ejemplo, si naciste el 21 de enero de 1963, escríbela como 21/1/1963. (En todos los casos, el año hay que escribirlo completo).
La base de la tabla natal se establece trazando cuatro líneas rectas cortas, dos en sentido horizontal y dos en sentido vertical. Las líneas verticales se cruzan con las horizontales como en el juego de tres en raya.
Esta tabla natal vacía simboliza un bebé que aún no ha nacido.
Cada uno de los nueve espacios es el lugar en el que debe ir siempre cada uno de los números. Siempre que aparece un número en una fecha de nacimiento debe colocarse en su propio espacio, en ningún otro lugar. Los números que no estén presentes en la fecha de nacimiento no se incluirán en el diseño de la tabla, por lo que esos espacios quedarán vacíos.
Si todos los números estuvieran presentes en la fecha de nacimiento, la tabla natal completada se vería totalmente equilibrada:
Aquí no faltan números, pero este supuesto es imposible. La mayor cantidad de números que puede haber en nuestra fecha de nacimiento es ocho, y en este caso el número 1, el 2 o el 3 estarán repetidos. La cantidad máxima de espacios que se pueden llenar en una tabla natal es siete, como cuando una persona tiene como fecha de nacimiento el 27/5/1983.
Cuando se repite cualquier número en la fecha de nacimiento, manejamos la tabla natal exactamente de la misma manera que en el ejemplo anterior. Pongamos como ejemplo las fechas de nacimiento 11/11/1999 (imagen izquierda) y 20/2/2000(imagen derecha). Las tablas natales correspondientes serían estas:
Obviamente, podrá haber como máximo siete espacios vacíos en una tabla natal correspondiente a una persona nacida en el siglo XX, y ocho en una tabla correspondiente a una persona nacida en el siglo XXI.
Otro aspecto importante es la ausencia del 0 en cualquier tabla natal. (El valor y el propósito del 0 se explicaron en el capítulo tres). Su presencia repetida en una fecha de nacimiento reduce la cantidad de números posibles en la tabla natal y, a la vez, revela necesidades vitales de crecimiento, como en el segundo ejemplo. Aunque los poderes espirituales de la persona del segundo ejemplo son relevantes, sus planos mental y físico no están «alimentados».
Para hacer tu propia tabla natal, traza las líneas y rellena los espacios con los números correspondientes a tu fecha de nacimiento.
Habiendo establecido tu tabla natal, ya cuentas con la fórmula básica de tu individualidad. Ahora estamos listos para analizar sus muchos y diversos aspectos. Pero primero tenemos que observar la tabla natal en su totalidad; esto nos permitirá descubrir secretos vitales del yo interior.
Debemos saber cómo aparecen reflejados los tres yoes en los tres planos que componen la tabla natal.
Aquí vemos la tabla natal equilibrada, con sus tres planos y sus significados. El grado de concentración de números que hay en cada plano da una idea general de cuál es el yo que se expresa con mayor fluidez.
Saber esto es sumamente beneficioso en las relaciones humanas, ya que revela el nivel de comunicación preponderante en cada persona. Nuestra relación con nuestro cónyuge y con nuestros hijos y compañeros de trabajo sería significativamente mejor si supiéramos instantáneamente cuál es su plano de expresión preferido, es decir, con qué yo se identifican más.
El siguiente ejemplo ilustra claramente este importante aspecto de la numerología:
A pesar del interés que mostró por la espiritualidad de la nueva era en la década de 1980, la fórmula de la tabla natal de Shirley revela claramente que su plano espiritual es el más débil. El que tiene más fuerte es el plano físico, con sus tres cuatros. No es de extrañar que se sintiera tan fácilmente atraída a trabajar de nuevo en el mundo del espectáculo. Esto no quiere decir que haya abandonado lo espiritual, porque está claro que necesita desarrollar este aspecto más débil de sí misma. Pero ¿está preparada para prestarle toda la atención que necesita o está conforme con ser la «gurú de la nueva era» en la que se convirtió rápidamente cuando, de hecho, no era más que una novata en el campo?
El plano de la mente (o mental)
El plano mental representa la cabeza humana y se encuentra, simbólicamente, en la línea superior de la tabla natal. Abarca la memoria, el pensamiento, el análisis, la racionalización, la imaginación, la creación, la responsabilidad, la ambición y el idealismo.
El plano del alma
El plano del alma representa el corazón humano y se encuentra, simbólicamente, en el centro de la tabla natal, desde donde gobierna la sensibilidad. También abarca la intuición, el amor, la libertad, las emociones positivas, la expresión artística, la independencia espiritual y la sabiduría.
El plano físico
El plano físico representa la actividad humana y se encuentra, simbólicamente, en la base de la tabla natal. Abarca la expresión verbal, la motivación, el lenguaje corporal, la organización, la paciencia, el materialismo y el aprendizaje a través del sacrificio.
Número 1
Ubicado en la entrada al plano físico, el número 1 hace referencia a la expresión del cuerpo físico en cuanto a su relación con el mundo exterior. Por lo general, es un indicador confiable de la medida en que una persona reacciona ante las otras personas y las circunstancias (el entorno inmediato). Tiende a indicar el grado de autocontrol (o su ausencia). Este número es la base de la personalidad, ya que representa el ego y cómo este es expresado o reprimido.
Un uno (1)
Las fechas de nacimiento que contienen un solo uno corresponden a personas que tienen alguna dificultad a la hora de manifestarse verbalmente. Esto no quiere decir que no puedan hablar bien, sino que les cuesta dar explicaciones claras sobre sus sentimientos.
Estos individuos pueden ser muy buenos oradores cuando el tema no implica la expresión de sentimientos personales, pero no se les da bien explicar con palabras sus actitudes o comportamientos. Mientras no desarrollen un autodominio adecuado, lo cual es fruto de la madurez y la comprensión, la autoexpresión no les resultará fácil.
En ocasiones, dirán intencionadamente lo contrario de lo que quieren decir como forma de defensa agresiva, destinada a herir u ofender como mecanismo de autoprotección. Este comportamiento no hace más que agravar el problema inicial, y puede dar lugar a discusiones espantosas. Estos individuos deben aprender a pensar antes de hablar, y pueden hacerlo tomando el control consciente de sus respuestas en lugar de reaccionar en el momento, ya que a menudo es imposible enmendar la palabra hablada y los sentimientos heridos son difíciles de reparar.
Para superar esta limitación, agarra un cuaderno en blanco. Pon la fecha de hoy en la parte superior de la primera página. Esta noche, antes de acostarte, tómate unos minutos para escribir tus pensamientos y sentimientos sobre cómo te ha ido el día. Asegúrate de reflejar todo aquello que no hiciste o dijiste que te gustaría haber hecho o dicho, o aquello que dijiste que desearías no haber dicho. A la mañana siguiente, enseguida que puedas lee en voz alta, pero para ti mismo, lo que escribiste la noche anterior, frente a un espejo de cuerpo entero, para observar tu lenguaje corporal. Haz esta práctica con regularidad y verás cómo te expresas con mayor confianza.
Dos unos (11)
Bendecidas con el don de la autoexpresión equilibrada, las personas que tienen dos unos son muy afortunadas. Esta es una característica valiosa de la tabla natal que siempre debe manifestarse con prudencia; nunca hay que abusar de ella con la intención de manipular. (Siempre deberás tener cuidado de evitar la intolerancia de quienes que no son tan afortunados, especialmente si estás enamorado de alguien que no tiene los dos unos).
El individuo con dos unos a menudo es capaz de ver ambos lados de una situación o una discusión, y no es infrecuente que pase a alinearse con el otro punto de vista en mitad de una discusión si de pronto le parece más válido. Puede tener una comprensión extremadamente amplia de las situaciones y las personas.
Muchos políticos y otras figuras públicas que gozan de éxito tienen los dos unos. Esta característica de la tabla natal tiende a incrementar la conciencia y la expresión altruistas, y la capacidad de ver los dos lados de cualquier problema.
Tres unos (111)
Se dan dos tipos de expresión claramente diferentes con los tres unos. El tipo de individuo que se encuentra con más frecuencia es el hablador, el parlanchín brillante e interesante al que le gusta participar en muchas y variadas actividades. Por lo general, estas personas encuentran la vida agradable y buscan compartir este disfrute con los demás.
El segundo grupo comprende una minoría de individuos que no tienen números en el plano del alma. Generalmente son personas tranquilas, algo introspectivas y ocasionalmente tímidas, especialmente con los extraños. Sin embargo, tienden a volverse alegres y conversadoras cuando se encuentran en un entorno amigable en el que se sienten cómodas. Descubren que pueden expresarse mejor a través de la escritura, ya que sus pensamientos fluyen más libremente en este contexto, sin verse inhibidos por su aguda sensibilidad.
Cuatro unos (1111)
Las personas con cuatro unos tienen dificultades con la expresión verbal y, por lo tanto, a menudo se las malinterpreta. La vida no tarda en enseñarles a ocultar su confusión emocional con una sonrisa, pero tienden a sufrir internamente, a menos que aprendan a soltar esas emociones y a no identificarse mucho con ellas.
Muy egocéntricas, estas personas se identifican con aquellas por las que experimentan sentimientos profundos. Pero no verbalizan fácilmente tales sentimientos. Para su felicidad personal y la de la gente cercana, es importante que los individuos que tienen cuatro unos tomen el control de sus emociones. A medida que se vayan relajando más y vayan confiando más en sí mismos, se irán sintiendo menos inhibidos y más libres para expresar sus sentimientos, en lugar de continuar reprimiéndolos.
Cinco unos (11111) o más
El individuo que tiene cinco, seis o siete unos en su tabla natal reprime su ego con el fin de contrarrestar la dificultad básica que tiene con la expresión verbal. Los jóvenes pueden estar bastante tristes, ya que a menudo se los malinterpreta. Esto hace que se muestren distantes, lo cual provoca que estén aún más solos. Pueden volverse algo obsesivos con su aspecto y sus actos; suelen tener muchos espejos en casa, que tienden a tapar para que los demás no los consideren seres egocéntricos. Sin embargo, adoran mirarse a sí mismos, en secreto. Este egoísmo y esta ocultación pueden conducir fácilmente a desequilibrios mentales.
Se puede ayudar a los niños con muchos unos a elevar su conciencia haciendo que se impliquen en una modalidad de arte como la escritura, la pintura, la alfarería, la música, etc. Esto es válido para los niños de todas las edades.
Es extremadamente raro que haya siete unos en una fecha de nacimiento; afortunadamente, en todo el siglo XX solo ha habido un día que los haya contenido.
Número 2
Ubicado en la entrada del plano del alma, el 2 es la clave de la intuición, la sensibilidad y el sentimiento. Después de los números 1 y 9, el 2 es el que más se encuentra en las fechas de nacimiento del siglo XX, y será el más común en el siglo XXI.
Si tienes un dos en tu tabla natal, eres afortunado, ya que este número te proporciona una guía valiosa sobre el grado de tu sensibilidad e intuición. A medida que estas facultades se desarrollan en ti, adquieres una mejor comprensión de ti mismo, de los demás, de la vida y de toda la creación.
Cuando las personas nacidas en el siglo XXI lleguen a la madurez y asuman una responsabilidad importante en relación con los asuntos humanos, la cruzada apresurada del siglo XX hacia el egocentrismo y la ambición dará paso a la sensibilidad intuitiva hacia los asuntos mundiales. También seremos testigos de una honestidad y equidad mayores en los tratos comerciales, y un mayor cuidado en los asuntos domésticos y en el terreno de la amistad.
Mientras tanto, no creas que las fechas de nacimiento en las que no hay ningún dos son indicativas de una ausencia total de intuición y sensibilidad; este hecho solo pone de manifiesto que estos rasgos deben desarrollarse.
Un dos (2)
Las tablas natales en las que hay un solo dos indican un grado de intuición básico pero consistente, si bien no siempre es suficiente en este mundo tan competitivo, especialmente en el caso de los hombres. Con todo el acento que se pone actualmente en los valores artificiales en la expresión social, artística y comercial, los individuos deben estar «afinados» para competir con éxito. Y esto no se puede lograr correctamente si no se tiene una sensibilidad muy equilibrada. En ausencia de este equilibrio, las naturalezas sensibles pueden resultar fácilmente heridas, lo que a menudo da lugar a reacciones imprudentes. Esto ocurre más entre los hombres que entre las mujeres.
Un solo dos proporciona una base más que aceptable para desarrollar una sensibilidad equilibrada, pero el doble dos, en su equilibrio, ofrece las cualidades ideales. Las mujeres poseen un dos de facto en su tabla natal, ya que su naturaleza es más sensible e intuitiva que la de los hombres. Por este motivo, las mujeres que tienen un solo dos en la tabla natal es como si tuvieran dos doses, con las ventajas que ello conlleva, mientras que los hombres deben practicar con diligencia el desarrollo de una sensibilidad equilibrada; con este fin, su único dos es un gran punto de partida.
En general, las personas que tienen un dos en la tabla natal descubren que necesitan mucho tiempo para relajarse y disfrutar de la naturaleza, lejos de la intensidad de la vida competitiva. El número regente de la persona le ofrece la guía más confiable sobre cómo hacer esto (ver el capítulo siete).
Dos doses (22)
Como ya se ha explicado, el equilibrio que proporciona el segundo dos en la tabla natal constituye una gran ventaja, ya que ofrece la cualidad ideal para desarrollar fácilmente la sensibilidad intuitiva. Aun así, las personas que tienen dos doses deben aprovecharlo adecuadamente y reconocer que toda virtud que no se usa se deteriora.
Estos individuos gozan de una percepción innata que les otorga una inteligencia superior a la media, basada en la gran capacidad natural que tienen de comprender a las personas y las circunstancias. Son increíblemente buenas con las primeras impresiones; a menudo se forman opiniones precisas sobre las personas y los conceptos casi al instante. Detectan con facilidad si los demás son o no sinceros, siempre que su ego e imaginación no interfieran y desvirtúen su intuición básica.
Su sensibilidad intuitiva equilibrada (si se expresa positivamente) tiende a hacer que se impliquen en muchas causas humanas. Por lo general, lo hacen con un éxito significativo, pero deben evitar estar demasiado disponibles para muchas causas que merecen la pena; de lo contrario, su felicidad personal en el hogar podría resentirse. Como siempre, el equilibrio es la clave del éxito.
Tres doses (222)
Una vez que vamos más allá de la «barra de la balanza», como dijo Pitágoras en términos simbólicos, incurrimos en el exceso. Tres doses en la tabla natal indican una sensibilidad desequilibrada, una hipersensibilidad que puede convertirse en una carga emocional para algunas personas. El individuo está muy en sintonía con los sentimientos de los demás, lo que deriva en una predisposición a involucrarse profundamente en los problemas de los demás.
Con el fin de proteger su sensibilidad, estos individuos tienden a pasar gran parte de su tiempo en un mundo en el que viven sus propios sentimientos, exhibiendo así una actitud distante que puede conducirlos a la soledad.
Muchas personas con tres doses trabajan en el mundo del espectáculo, donde logran un éxito notable, al retratar con sensibilidad a otros personajes. Sin embargo, su misma sensibilidad hace que les cueste expresar sentimientos personales profundos, lo cual hace que acaben heridas. Entonces tienden a ponerse a la defensiva y a decir, impulsivamente, palabras hirientes.
Los niños con tres doses suelen ser magníficos imitadores, ya que para ellos es natural compartir las sensibilidades y sentimientos de los demás sin darse cuenta. Sin embargo, que tengan éxito o no a la hora de afrontar la montaña rusa emocional de la vida dependerá de sus padres en gran medida, cuyo papel más constructivo deberá consistir en ayudar a sus hijos a establecer una base sólida de autoconfianza, en línea con el camino indicado por el número regente del niño (ver el capítulo siete).
Cuatro doses (2222)
Un grado tan alto de impresionabilidad tiene que ser disciplinado con cuidado y de forma continua, o será fácil que estalle en graves tergiversaciones, acompañadas siempre de mal genio, sarcasmo y rencor. Estas personas suelen ser extremadamente impacientes. Malinterpretan tantas cosas que su intuición es poco fiable y, en su confusión, tienden a depositar su confianza en la gente equivocada. Siempre tienen reacciones exageradas, y se vuelven bastante volátiles y desequilibradas emocionalmente.
La familia y los amigos (no suelen tener muchos) deben mostrar una paciencia y una comprensión extremas. Aunque los individuos con cuatro doses constituyen un porcentaje minúsculo de la población, son protagonistas de un alto índice de rupturas matrimoniales y quiebras, y también es habitual encontrarlos en residencias para personas discapacitadas. Rara vez llegan a ocupar un alto cargo público, pero cuando lo hacen, les resulta difícil gozar de credibilidad, por lo que se hunden más rápido de lo que subieron, a menos que puedan recurrir a familiares muy influyentes.
La vida de las personas con cuatro doses suele ser muy solitaria, y muchas recurren a las drogas, el alcohol y otras sustancias o hábitos. Pero pueden evitar este aislamiento emocional si se abren a un asesoramiento sabio y apropiado. Necesitan aprender a ejercer un autocontrol firme en el campo de la expresión emocional, a relajarse y meditar cuando lo necesiten y a fluir con las dinámicas de la vida en lugar de estar en desacuerdo con ellas.
Cinco doses (22222)
Hay muy pocas personas con cinco doses; las últimas nacieron el 22/12/2012. Conocí a alguien nacido el 22/12/2002; aunque el encuentro tuvo lugar en un entorno empresarial, estaba claro que ese individuo estaba albergando un dolor profundo y se sentía confundido en relación con su vida personal. Esta confusión se trasladó a su toma de decisiones en el campo empresarial y resultó en una bancarrota innecesaria poco después.
Es muy probable que aquellos con cinco doses sean totalmente reactivos debido a su enorme sensibilidad. Necesitan un cuidado y una guía extremadamente enfocados y abnegados, especialmente cuando son muy jóvenes, y pondrán a prueba la paciencia de los demás al máximo.
No solo habrá más fechas de nacimiento con cinco doses en este milenio, sino que también encontraremos ocasionalmente seis doses (los primeros en tenerlos nacerán el 22/2/2022) y, mucho más puntualmente, siete doses (será el caso de las personas nacidas el 22/2/2222 y el 22/12/2222; ojalá este libro siga imprimiéndose en esa época). En el siglo pasado, las tablas natales con cinco doses también tenían al menos un uno y un nueve, pero en este milenio las personas con seis o siete doses no contarán con este pequeño contrapeso, por lo que necesitarán un asesoramiento y unos cuidados extraordinariamente especiales (desde la infancia si es posible) para gestionar su expresión emocional.
Número 3
Este número no solo constituye la entrada al plano mental, sino que también es el más esencial de los números mentales, ya que gobierna la memoria. Recordemos que con los números 1 y 2 el equilibrio y el poder más ideales se daban cuando había dos de ellos en la tabla natal (dos unos o dos doses). Sin embargo, con el número 3 y superiores, hasta el 9, el número único (un solo tres, un solo cuatro, etc.) indica la fuerza más deseable para el número mismo y para ayudar a equilibrar el poder en otras partes de la tabla natal.
La ausencia del número 3 en la tabla natal no implica debilidad mental, a menos que la persona sucumba a la pereza o la indiferencia. Por lo general, indica que necesita hacer un mayor esfuerzo en las esferas mentales, especialmente si su número regente no es un número mental (ver el capítulo siete) o si su signo solar no corresponde al ámbito de la cabeza (ver el capítulo doce). La tendencia a la pereza cuando el 3 está ausente debe ser reconocida y corregida en la infancia, o la persona tendrá grandes dificultades en los años posteriores.
Un tres (3)
Como ancla de la memoria, un solo tres en la tabla natal proporciona una cualidad natural que ayudará a las personas con la memoria durante toda la vida, siempre y cuando se cultive (cualquier facultad que no se usa se atrofia). El 3 hace que a estas personas les resulte fácil conservar la alerta mental.
El poder del 3 ayuda mucho a los jóvenes. Les facilita el aprendizaje formal e informal, y hace que conserven un interés activo por la vida y el medioambiente.
Como la fuerza y agilidad mental es una base vital para cultivar una comprensión equilibrada y optimista de la vida, estas personas suelen tener un carácter alegre y les resulta fácil abordar con éxito la mayoría de las tareas. Suelen tener un grado de confianza en sí mismas superior al promedio, lo que también contribuye a sus éxitos en la vida.
Dos treses (33)
La mayor agudeza mental asociada a los dos treses implica una acentuación pronunciada de la imaginación y una mayor capacidad literaria. Este poder tiene que ser cuidadosamente disciplinado para facilitar que se exprese de la forma más útil y equilibrada posible, y para evitar lo que podría llegar a ser un comportamiento antisocial si estuviese descontrolado.
Para facilitar la autodisciplina, la práctica de la meditación es valiosa, junto con la ejercitación de la memoria y el desarrollo de la intuición. Con esto se estarán cultivando procesos de pensamiento más constructivos. De lo contrario, el cerebro muy activo de los individuos con dos treses pondrá demasiado énfasis en la imaginación en detrimento de la planificación objetiva, la investigación y la comprensión positiva; la consecuencia de ello será que la persona tendrá muchas probabilidades de perder la noción de la realidad.
La mayoría de los individuos con dos o tres treses en la tabla natal tienen dotes significativas para la escritura, aunque rara vez lo descubren sin ayuda externa. Necesitan que se los anime a plasmar sus pensamientos y lo que imaginan sobre papel; esto estimulará una expresión literaria libre y fluida. A la vez, dicha expresión ayudará a estas personas a canalizar esta cualidad, que podría estar descontrolada, y, tal vez, a convertirla fácilmente en una buena fuente de ingresos.
Tres treses (333)
La actividad y expresión mental de estas personas es aún mayor que en los casos anteriores, por lo que a menudo pierden el contacto con la realidad, el resultado de lo cual es un aislamiento que desemboca en soledad. Crean su propia «realidad», pero desafortunadamente nadie más ve las cosas de la misma manera, lo cual contribuye a su aislamiento. Su fértil imaginación está tan concentrada en pensar en el futuro y concebir escenarios extraños que a menudo les resulta difícil centrarse en el presente y relacionarse con los demás.
Debido a este desequilibrio, estos individuos encuentran difícil confiar, rara vez se relajan y pueden volverse adictos a drogas aliviadoras del estrés. Es difícil que tengan amistades íntimas y más aún que sean felices. A veces están tan absortos en sus aventuras mentales que no son conscientes de lo que los rodea, para desconcierto de las personas que les están hablando. Este desequilibrio en lo que a la concentración se refiere no les permite ver las cosas tal como son. Su introversión exacerba su desconfianza hacia los demás, lo que muchas veces desemboca en discusiones.
Es evidente que estas personas necesitan un apoyo paciente, comprensivo y afectuoso. La mejor manera de proporcionárselo es alentarlas a que se concentren en el momento presente. Necesitan que esto se les enseñe en la práctica, a través de la aplicación consciente de sus manos y su corazón a una actividad manual de naturaleza artística. Quien presta el apoyo deberá tener mucha paciencia y capacidad de comprensión.
Cuatro treses (3333)