TODO

sobre las

TÉCNICAS SECAS

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TÉCNICAS SECAS

Todo sobre las técnicas secas

Proyecto y realización de Parramón Paidotribo

Dirección editorial: María Fernanda Canal

Editor: Tomàs Ubach

Ayudante de edición y archivo iconográfico: M.a Carmen Ramos

Textos y coordinación: Mercedes Braunstein

Realización de ejercicios: Vicenç Ballestar, Mercedes Braunstein, Carlant, Myriam Ferrón,

Mercedes Gaspar, Esther Olivé de Puig, Óscar Sanchís, David Sanmiguel y Josep Torres

También han colaborado: Marta Bru, Esther Llaudet, Gabriel Martín, Yvan Mas

Diseño gráfico de la colección: Toni Inglès

Fotografía: Estudi Nos & Soto, Gabriel Martín

Maquetación: Estudi Toni Inglès (Gemma Grau)

Segunda edición

© 2014, ParramónPaidotribo.

www.parramon.com

E-mail: parramon@paidotribo.com

ISBN: 978-84-342-2662-3

ISBN EPUB: 978-84-342-4281-4

Derechos exclusivos de edición para todo el mundo

En este libro se recoge toda la información necesaria para dibujar de manera inmediata con diferentes medios: carboncillo y derivados, sanguina, cretas, pasteles secos, grafito, lápices de colores, ceras o pasteles al óleo. Todos ellos permiten trazar, sombrear (en el caso del carboncillo y del grafito) o colorear (con los restantes). Se aplican sobre un soporte, por lo general papel, mediante una serie de procedimientos conocidos como técnicas secas. Poseen características similares, pero las diferencias existentes entre ellos comportarán resultados e incluso procedimientos desiguales. Distintos medios y efectos se van a sumar a la personal manera de trabajar de cada artista, lo que redundará en un amplio abanico de posibilidades expresivas.

El lector encontrará reunidos en esta obra todos estos medios secos, en los que es forzoso tener una buena base de dibujo y dominio del color. En los ejercicios paso a paso se explica cómo resolver el dibujo del modelo, además de exponer y valorar las distintas técnicas utilizadas y hacer referencia a unos conocimientos mínimos de teoría del color.

El hecho de abordar distintos medios no hace de este libro una obra dispersa. Muy al contrario, proporciona una visión global, del todo indispensable para progresar en dibujo y pintura. Se parte de la observación de un modelo y se analiza su dibujo y la luz que lo ilumina, aprendiendo a situar mentalmente las zonas de luz y de sombra, y concretando una serie de valores tonales y de color imprescindibles al modelar los volúmenes. Para una representación realista, las técnicas secas son el medio idóneo, pues en la práctica de su aprendizaje se usan aplicaciones y procedimientos que realzan la profundidad.

Las técnicas secas

Existen varios medios que admiten trabajar con técnicas secas sin necesidad de aditivos ni productos complementarios; por ejemplo, el carboncillo, la sanguina, las cretas y los pasteles blandos; pero también el grafito, los lápices de colores, las ceras y los pasteles al óleo se consideran medios grasos por su componente graso, ceroso u oleoso. Las técnicas comunes a todos ellos son la línea, el sombreado o coloreado, el degradado, el difuminado y el fundido. Los resultados y efectos producidos por cada una de estas técnicas u otras no comunes dependen del medio que se ha utilizado. Es muy aleccionador dar una ojeada general que permita comparar obras realizadas con distintos medios.

He aquí un retrato de carácter, L'Arnau, realizado íntegramente al carboncillo por M. Braunstein utilizando las técnicas básicas de línea, degradados y fundidos.

MEDIOS DE BOCETO

Un boceto se puede realizar, como es obvio, con el mismo medio con que se va a realizar el dibujo. Sin embargo, no siempre se procede de esta manera, ya que las características de un medio lo hacen idóneo para ser empleado en el boceto de otro medio. Por ejemplo, la volatilidad del carboncillo lo convierte en uno de los medios más utilizados para abocetar.

Aunque una obra se puede realizar enteramente con carboncillo, sanguina, creta, pastel, lápiz grafito, lápices de colores o pasteles grasos, lo cierto es que todos estos medios son comúnmente utilizados para confeccionar el boceto preliminar de un dibujo o pintura que se realiza con otro medio. El carboncillo, la creta o pastel blando se suelen usar en un boceto para óleo o acrílico. La acuarela, en cambio, precisa usar lápiz grafito o de color, incluso acuarelable. Los pasteles grasos, por su componente diluible con esencia de trementina rectificada o aguarrás, pueden emplearse para abocetar una pintura que se realizará con óleos. Para un boceto, la técnica usual es la línea, y se persigue delimitar a grandes rasgos la superficie del soporte y situar los elementos y formas principales para la representación del modelo.

Francesc Crespo dibuja un bodegón de gran tamaño con carboncillo y agrega una nota de color con sanguina.

Gabriel Martín utiliza carboncillo y creta negra para confeccionar este Bodegón.

MEDIOS PERFECTOS PARA EL APUNTE

Tanto el carboncillo como la sanguina, la creta, el pastel, el lápiz grafito, los de colores o el pastel graso permiten realizar mediante línea y sombreado o coloreado apuntes con la solución de la luz y sombra del modelo. En apuntes más desarrollados se aplica, además, la técnica del degradado con algún difuminado o fundido. El apunte puede ser acromático (carboncillo o lápiz de grafito), monocromático (con un color de sanguina, creta, pastel seco o graso o lápiz de color) o realizarse con varios colores.

El lápiz grafito es un instrumento muy interesante, pues permite trabajar un dibujo de tamaño reducido con gran detalle.

Retrato de una figura con punta de plata, una técnica muy antigua y sin posibilidad de arrepentimientos. Carlant dibuja sobre un papel de grano fino cubierto con una fina capa de guache ya seca, usando una punta de plata o un alambre de cobre con portaminas.

Cabeza de una muchacha, de Jean Baptiste Greuze, ilustra la técnica del dibujo a tres lápices: lápiz carbón, sanguina y realces de creta blanca.

LOS MEDIOS SECOS SON COMPATIBLES

Para realzar el dibujo al carboncillo se utiliza creta blanca. Para conseguir ensombrecer más la sanguina se emplea un sepia y para aclararla, también creta blanca. La técnica histórica aux trois crayons mezcla carboncillo, sanguina y creta blanca, con lo que se consigue una representación perfecta del volumen. El carboncillo o la sanguina y las cretas de colores, y también con los pasteles blandos son perfectamente compatibles. Sucede lo mismo con las cretas, que no son sino pasteles duros, y los pasteles blandos.

Sobre un boceto realizado con carboncillo se puede proseguir con sanguina, cretas o pasteles. En cualquier caso, siempre convendrá trazar al carbón tenuemente para no ensuciar el medio que se le aplique encima.

MEDIOS SECOS Y MEDIOS GRASOS

Las técnicas de difuminado y de fundido permiten obtener un efecto muy similar con el carboncillo, la sanguina, las cretas y los pasteles secos, aunque las características específicas de cada uno de estos medios o de sus derivados introduzcan algunas matizaciones. El fundido adquiere una dimensión especial con los pasteles grasos, ya sean cerosos o al óleo, mientras que el difuminado y el fundido trabajado sobre el grafito o los lápices de colores depende mucho de su calidad y dureza de mina. Con los lápices de colores el fundido se realiza incluso por superposición de coloreados o tramas. Es decir, que el mismo instrumento de aplicación produce el fundido, mientras que con los medios secos éste suele realizarse a posteriori del trazo o coloreado usando básicamente los dedos o difuminos.

Con la práctica se comprueba que no siempre es adecuado utilizar estas técnicas si se quiere evitar un aspecto sucio en el dibujo.

Las características del degradado con un pastel blando permiten expresar con rigor y sello pictórico el modelado de esta figura realizada por Óscar Sanchís.

Con tizas es posible dibujar notas rápidas en hojas de papel de gran tamaño. Se aprende así a soltar la muñeca y a ganar confianza en los trazos artísticos con material muy económico. Trabajo de M. Braunstein.

EL MODELADO

Las técnicas secas permiten realizar un modelado perfecto de las formas en la representación de un modelo gracias a las gamas tonales y de color y a los degradados. En cualquiera de los medios que se estudian en el presente libro se pueden confeccionar gamas tonales acromáticas o monocromáticas, básicamente como resultado de apretar más o menos el instrumento sobre el soporte y observando el efecto obtenido por medio de su semitransparencia sobre el color del soporte, que puede ser blanco o de color. Estas gamas tonales se pueden aumentar usando la creta blanca, en el caso de los medios secos, carbón y sanguina. Con las cretas, los pasteles secos o grasos y los lápices de colores se consiguen gamas de color y tonales. Al aplicar estas gamas mediante la técnica del degradado se obtiene el modelado de las formas y, por consiguiente, se crea una impresión de profundidad tridimensional sobre un soporte que es bidimensional.

La sanguina se presta a realizar apuntes rápidos como este de Óscar Sanchís. En este caso, soluciona un dibujo con perspectiva y figuras.

LOS MEDIOS Y SUS DERIVADOS

Un trabajo al carboncillo se puede potenciar usando una barra de carbón comprimido o un lápiz carbón. Estos dos derivados del carbón tienen unas características algo diferentes del carboncillo en rama. El carbón comprimido tiñe más el soporte y es menos volátil que el carboncillo. El lápiz carbón, en cambio, por su condición más grasa, es el menos volátil de los derivados del carbón, el que más ennegrece el soporte. No es de extrañar, que numerosos artistas, conocedores de estas diferencias, utilicen en un mismo dibujo uno o varios de estos derivados para dotarlo de mayor profundidad e incluso introducir en él variaciones de textura.

La sanguina y el lápiz sanguina no presentan tantas diferencias como en el caso anterior. Sin embargo, el lápiz puede facilitar, por ejemplo, la confección de una trama, mientras que la barra es idónea para hacer un coloreado general en una zona amplia.

La mina de los lápices pastel corresponde a pastel duro y la de los lápices al carboncillo de color tiene la dureza del carbón comprimido. Esto los convierte en medios muy interesantes para introducir contrastes o para realizar perfiles concretos.

Existen tantos productos y tantas variantes en cuanto a calidad profesional o incluso escolar que conviene sucumbir a la curiosidad y plantearse un protocolo de investigación casi sistemático. Es interesante valorar las características de cada producto y constatar con qué medios va a ser útil trabajar y mediante qué técnica o procedimiento.

M. Braunstein dibuja aquí con cretas sobre papel de embalar por su cara áspera. En El rincón de las pipas se pone de relieve la fuerza de los coloreados y los contrastes entre colores.

LAS TÉCNICAS SECAS Y LA INTERPRETACIÓN

La interpretación está presente en toda realización pictórica. Puede haber un grado de síntesis o abstracción de la forma o del color, o de ambas. Con los medios acromáticos carbón o grafito o los dibujos monocromáticos, la interpretación pasa por la personal definición de las formas y la representación de la luz y la sombra. Con los medios de color la abstracción subjetiva puede conducir a colores planos y, por supuesto, a la distorsión de las formas.

Óscar Sanchís aprovecha la técnica del trazo opaco con pasteles blandos para crear tramas y mezclas ópticas.

M. Braunstein muestra con este Campo de amapolas silvestres las posibilidades de las ceras mediante reservas, coloreados, fundidos y esgrafiados.

El carbón

Sin lugar a dudas, el carboncillo es el medio tradicional con el cual uno se inicia al dibujo. El carboncillo es, además, el más universal de los medios de dibujo en lo que respecta a obras completas o a simples apuntes. Por sus características particulares permite resultados de mucha frescura sobre todo en grandes formatos. Con su presentación en barrita, lápiz o polvo se pueden enriquecer las obras con los contrastes de intensidad de línea, sombreado y textura.

El carbón se presenta como carboncillos en rama de distinto grosor, con la forma de lápiz, como barritas de carbón comprimido natural o artificial o minas.

SUS ORÍGENES Y COMPOSICIÓN

El carboncillo constituye el medio más antiguo que el ser humano usó en la prehistoria para sus representaciones de caza o costumbristas, o bien como decoración. El rastro del tizne se convirtió en duradero al mezclarlo con alguna grasa. El carboncillo de hoy es carbón de origen vegetal y se obtiene por carbonización mediante procedimientos elaborados.

PRESENTACIONES

El carboncillo en rama, el carbón comprimido, el lápiz carbón y el carbón en polvo son las distintas presentaciones disponibles. Es muy útil conocer las características de composición de cada uno de estos productos, pues de ellas dependen los efectos y resultados que se obtiene al dibujar.

Los carboncillos en rama se ofrecen en cajas o por unidades sueltas. Los más gruesos suelen llevar una funda protectora que los cubre hasta la mitad.

EL CARBONCILLO

Se comercializa en barritas de 13 a 15 cm de longitud y de apenas 2 mm de diámetro hasta casi 2 cm. Se escogen las ramas más rectas y con menos nudos. Las ramas finas de sauce, tilo o nogal son las más usuales. El proceso de carbonización debe ser muy uniforme para asegurar una dureza similar en toda la rama y con una misma calidad de sombreado. Las marcas más conocidas son: Koh-i-Noor, Grumbacher, Lefranc o Taker. Dependiendo del árbol o arbusto de origen y de la carbonización, las barritas son de dureza blanda, media o dura. La intensidad del "negro" que se obtiene con estas barritas es inferior a la del lápiz carbón o a la del carbón comprimido.

EL CARBÓN COMPRIMIDO

Las barritas de carboncillo que se obtienen al prensar polvo de carbón en moldes son cilindros muy regulares, de dureza homogénea. Resultan muy interesantes por su bajo coste y por no presentar los inconvenientes de las irregularidades naturales, pues los nudos o las cristalizaciones hacen que la barrita se parta con más facilidad al presionar y trazar con fuerza. Otras barritas de carbón prensado aglutinan el carbón con algo de arcilla, resultando unos cilindros de 7 u 8 mm de diámetro, como las barras Pitt de la firma Faber-Castel. Éstas se proponen en distintas durezas y a cada una le corresponde una característica de tinción concreta. Se pueden usar con diversos propósitos; la más blanda proporciona un negro muy intenso.

Los carboncillos en rama, además de presentar distinto grosor, también tienen durezas diferentes.

Se comercializan cajas preparadas con una selección de todos los derivados del carbón, aunque la mayoría de artistas prefieren acondicionar su propia caja de dibujo. En ella aparecen barritas o lápices de creta blanca y de sanguina, pues es muy común practicar el dibujo à trois crayons.

El carbón en polvo es otra presentación.

EL LÁPIZ CARBÓN Y LAS MINAS

Derivado del carboncillo está el lápiz carbón conocido también como lápiz o crayon Conté. Es una mina hecha de carbón vegetal que contiene aglutinantes y que se protege con una funda de madera. Concretamente, de los lápices Conté hay por cada dureza, blanda, media y dura, hasta 6 gradaciones. Las minas tienen la misma composición y se prestan a ser utilizadas con portaminas. El lápiz Conté Pierre Noire es el más graso y resistente a la acción de difuminar o fundir.

Esther Rodríguez dibuja Figura femenina con chal utilizando un lápiz de carbón prensado.

EL CARBÓN EN POLVO

Aunque se puede pulverizar manualmente (con ayuda de un cutter o de papel de lija) una barrita de carboncillo, o de carbón comprimido o incluso una mina, la calidad del polvo conseguido no es demasiado homogénea. El carbón en polvo manufacturado, en cambio, presenta una pulverización perfecta y resulta el más adecuado para difuminados que requieran una gran sutilidad.

LOS CARBONCILLOS DE COLOR

Existen también lápices de carboncillo de color. Éste es un producto interesante, pues aúna el color a la característica de volatilidad del carboncillo. Es muy aleccionador constatar la diferencia de resultados entre los lápices de carboncillo de colores y los lápices de creta o pastel duro. Los primeros se pueden difuminar y extraer con mucha facilidad, los segundos tiñen más pero también se adhieren mejor.

Los "negros" de los derivados del carbón no tienen ni la misma intensidad ni el mismo acabado.

LA FRAGILIDAD DEL CARBÓN EN RAMA

Conviene adquirir un buen carboncillo, aunque sea un producto caro. Al trazar hay que poder confiar en la calidad e intensidad del rasgo que se obtenga. Además, dado que el carboncillo se parte con suma facilidad conviene usar uno que tenga una dureza lo más regular posible. Sólo confiando en el instrumento se consigue trazar artísticamente.

La sanguina

En barra o en lápiz, la sanguina constituye uno de los medios por excelencia para resolver el modelado de las figuras. Su uso se extendió hacia el año 1500 y así continúa hasta hoy. En todas las academias y escuelas de arte suele ser el medio aconsejado para después de haberse iniciado al dibujo con carboncillo. La sanguina tiñe más el soporte y al ser menos volátil que el carboncillo exige más control de trazo o de coloreado para evitar errores y posteriores correcciones.

Existen cajas con una selección de sanguinas entre las que no faltan las cretas blanca y negra. Contienen barritas y lápices.

LA COMPOSICIÓN

La sanguina convencional se presenta en forma de barra. Su composición es arcilla ferruginosa u óxido de hierro y hematites o peróxido de hierro. Suele llevar una pequeña carga de creta. Es usual disponer también de, por lo menos, un color de barra más oscuro, por ejemplo el sepia. De hecho, hay una gama de cretas en color sanguina, blanco, dos calidades de negro y sepia.

PRESENTACIONES

La sanguina se puede adquirir bajo la presentación de barrita, de lápiz y también en minas. Conviene practicar con todas estas presentaciones para conocerlas y utilizar la que convenga en el momento oportuno.

Entre lápices y barras se ofrece la gama de colores de sanguina, donde el blanco se usa para realzar y el negro o el sepia para sombras y bloqueos.

LA BARRITA

La sanguina se presenta como una barrita de sección cuadrada de hasta 8 cm de longitud. Dependiendo de la marca, el lado de la sección cuadrada oscila entre 5 y 7 mm. Según la calidad y el tiempo de cocción, la barrita tiñe más o menos y varía su dureza.

EL LÁPIZ Y LA MINA

El lápiz sanguina se compone de una mina y de una funda o protección de madera. La mina gruesa es cilíndrica y suele presentarse montada en un portaminas. La sanguina no precisa tanta carga de aglutinante como el carboncillo para dar más resistencia a la mina, aunque el método Conté requiere algo de cocción. Se comercializa el lápiz sanguina, el sepia y el blanco.

Existe también un lápiz sanguina de base oleosa que no hay que confundir con el lápiz sanguina normal, pues sus trazos representarían una reserva para posteriores coloreados con el lápiz de base seca.

La forma común es la barrita de sección cuadrada. Pero la longitud de la barrita y la dimensión de su sección varían según la marca.

LOS TROZOS

En cuanto se dibuja con sanguina se constata que la barrita se rompe con relativa facilidad, aunque sea más resistente que el carboncillo. No obstante, todos los trocitos son útiles para seguir dibujando. Con un lateral se puede trazar a todo lo ancho y colorear amplias superficies. También existe un portabarritas o alargador de sección cuadrada muy útil para apurar los restos que asegura un buen dominio del medio para trazar artísticamente, con intención.

El resultado del coloreado varía de una marca a otra, pero la diferencia se nota sobre todo entre la barra y el lápiz, y con el lápiz de base oleosa (de izquierda a derecha: dos durezas de barra, lápiz, lápiz oleoso).

EL POLVO DE SANGUINA

Una manera de colorear con sanguina sin producir trazos visibles es pintar con mucho cuidado con un lateral. Pero también se puede usar polvo de sanguina para este menester. Es muy fácil procurarse este polvo a partir de una barrita y de un cutter. La pulverización es bastante homogénea si se raspa sobre la barrita con suavidad. Incluso el polvo de sanguina que se produce al afinar una punta de lápiz se puede aprovechar e introducir así una pequeña variante de composición al polvo de barrita. Todo el polvo obtenido se puede pasar también por un cedazo de trama muy fina para eliminar las partículas más gruesas y conseguir un polvo bien pulverizado

La punta de la mina de un lápiz sanguina se puede acabar de pulir con papel de lija.

LAS CARACTERÍSTICAS Y EL COLOR

Las características de cada presentación y el particular rastro que dejan sobre el soporte son muy aleccionadores al usar todas las propiedades en un mismo dibujo. Por ejemplo, la barrita tiñe mucho y es difícil de borrar si se ha apretado bastante. Una dureza de barrita distinta colorea más o menos intensamente. En cuanto al lápiz sanguina, el que no tiene base oleosa es más seco y duro que la barrita y se deshace menos. El de base oleosa, en cambio, colorea muy poco.

El alargador para barrita cuadrada se revela muy útil para efectuar el trazado con seguridad.

Con ayuda del cutter se puede reducir a polvo una barrita de sanguina.

Las cretas

La creta blanca fue la primera que se usó para realzar dibujos al carboncillo o a la sanguina. La creta negra se utilizó también para oscurecer la sanguina sin tener que recurrir al carboncillo. Posteriormente, se fabricaron cretas de más colores. Hoy en día, se considera a las cretas pasteles duros cuya selección de colores disponible nunca es tan amplia como la de pasteles blandos.

Muestra de los distintos pigmentos que dan color a las cretas.

La selección de colores de creta no es tan amplia como la de pasteles blandos. Sin embargo, una caja de 24 unidades permite dibujar y colorear con un buen resultado.

Aunque la barrita de sección cuadrada es la forma más corriente también hay cretas cilíndricas. Aparte de las distintas calidades y durezas, el tamaño de la barrita también puede variar ostensiblemente.

LA COMPOSICIÓN

La creta es una roca caliza, de color blanco o gris, cuya formación a partir de caparazones de foraminíferos tuvo lugar durante el período cretácico. El procedimiento implica actualmente una ligera cocción de la pasta, que se deja reposar en depósitos para barritas de sección cuadrada. En sus inicios la creta se limitaba al blanco, al negro, al sepia y a la sanguina. Tiempo después se empezaron a elaborar cretas de más colores a las que se incorporaban pigmentos.

LA PRESENTACIÓN

Las cretas se encuentran básicamente como barritas de sección cuadrada de, por lo menos, 6,5 cm de largo y su lado oscila entre 5, la más estrecha, y 7 mm (o incluso más) la más ancha. Aunque hay tantos productos en el mercado que estas medidas son sólo una referencia. Existen también barritas de forma cilíndrica.

Se comercializan en los colores tradicionales y en algunos más en forma de mina gruesa cilíndrica acabada en punta, de 5 mm de diámetro aproximadamente. Estas minas se utilizan con portaminas, pues se rompen con facilidad cuando se presiona fuerte sobre ellas. Pueden usarse para colorear tenuemente de forma directa.

Los lápices de creta son básicamente de pastel duro. Su mina es más estrecha que la de las minas que se fabrican sin funda de madera. La mina de un lápiz suele tener 3 o 4 mm de diámetro.

Es una práctica muy común crear dos gamas de grises, una de tendencia general fría y otra cálida.

LA GAMA DE GRISES

La gama más simple que se empezó a fabricar sólo precisaba blanco y negro. Pero después se fueron agregando cretas grises de todos los matices. En la actualidad, se dispone, pues, de una amplia gama de cretas grises de varios tonos y de distintas tendencias. Así, un dibujo puede mostrar grises cálidos o fríos enriqueciendo las posibilidades de modelado de esta gama simple.

SUELTAS O EN CAJA

Las cretas se pueden adquirir como selección de colores en cajas; las hay de 12, 24, etcétera. Una selección amplia para dibujar con pocas limitaciones debe incluir por lo menos 24 colores. Pero las cretas profesionales se venden también por separado. Es incluso aconsejable que uno cree su propia paleta a partir del momento en que empieza a dominar el dibujo y la pintura.

La gama de grises es, sin duda, la más extensa. Hay tantos matices que sólo colocando una barrita al lado de otra se distinguen bien.

MÁS COLORES

Al no haber tanta variedad en cretas de colores como en pasteles blandos, vale la pena plantearse crear otros colores mezclando polvo de dos barritas. Dicho polvo se puede homogeneizar bien o no. Al colorear con él su rastro deja un color homogéneo o una mezcla óptica que resulta de los dos colores de partida.

Como curiosidad, cabe comentar que es posible confeccionar una barrita con cretas pulverizadas. Sólo hay que añadir algo de aglutinante y cocerla en un horno casero o para esmaltes.

Las cretas profesionales que se pueden adquirir por separado se ordenan para su uso según un criterio personal. El blanco y el negro se suelen dejar aparte y se distingue claramente entre colores cálidos y colores fríos.

Los colores de creta se mezclan sobre el papel superponiendo coloreados, pero también es posible confeccionar mezclas aparte raspando dos (o más) colores, aquí azul y carmín, y mezclando el polvo resultante, en este caso violeta.

El pastel

El pastel permite dibujar y pintar a la vez. No es de extrañar que tenga tantos adeptos. Antes del desarrollo del mismo, en el siglo XVII