MATERIALES Y UTENSILIOS
• Introducción general. Antecedentes históricos. Cartelismo y publicidad
• Características y sistemas. Mecanismo básico. Aerógrafos de acci ón sencilla. Aerógrafos de acci ón doble. Nuevos diseños
• Aerógrafos. Distintas adaptaciones
• Componentes del aerógrafo. Sistemas de acci ón. Mantenimiento del aerógrafo. Depósitos. El ajuste de la aguja
• Accesorios y suministro de aire. Accesorios. Suministro de aire: compresores. Compresores de diafragma. Compresores de tanque. Mecanismos del compresor
• Uso y mantenimiento del equipo. Utilización del aerógrafo. Mantenimiento del aerógrafo. Mantenimiento del compresor. Borradores. El aerógrafo, siempre en su soporte
• Limpieza del aerógrafo. Antes de cambiar el color. Después de cada sesión. Necesidad de la limpieza en profundidad
• Tabla de fallos, causas y soluciones. Precauciones antes de comenzar el rociado
• Los colores. Colores opacos. Acrílicos. Colores transparentes. Colores especiales para el aerógrafo
• Óleos y pinturas celulósi cas. Colores al óleo. Pinturas celulósicas. Esmaltes para maquetas
• Material auxiliar. Pinceles. Cuchillas. Plantillas. Lápiz de grafito y lápices de colores. Otros utensilios. Rotuladores
• Soportes. Papeles. Papel fotográfico. Tableros de madera. Lienzos. Metales y plásticos. Materiales cerámicos. El probado de las superficies
• El estudio, muebles y accesorios. Espacio de trabajo. Disposición del compresor. Utensilios. Otros accesorios. El proyector de cuerpos opacos
TÉCNICAS BÁSICAS
• Prácticas básicas. La recta. La curva y el círculo. El punto. Fondos homogéneos. Plantillas fijas. Plantillas aéreas. Degradados de color. Máscaras autoadhesivas y máscaras de poliéster
• Máscaras. Máscaras fijas. Máscaras móviles. Máscaras aéreas. Máscaras líquidas. Adhesivo para máscaras móviles
• Demostraciones gráficas de enmascarado. Máscara líquida. Plantillas. Máscara aérea. Tipos transferibles. Desplazamiento de las máscaras. Sombreados. Papeles necesarios
• Utilización de la máscara líquida. Planteamiento. Fondo y detalles. Retocar las reservas. Un complemento imprescindible
• Realización de un cubo y de una esfera. El cubo. La esfera. Sombras, brillos y plantillas
• Otras formas geométricas. El cilindro. Dos máscaras. Composición de figuras geométricas. Plantillas para el cono
• Recapitulación sobre el uso de las máscaras. Ejercicio de resumen. Preliminares. Fondo. Elementos. Taza y libro. Acabado. La visión del resultado
• Transferencia de una imagen fotográfica. Sistemas. Proyección. Transferencia mediante cuadrícula. Calco. La mesa de luz
• Materias. Consistencia del color. Temas habituales. Transparencias. Brillos y destellos. Efectos cinematográficos.
DESARROLLOS TEMÁTICOS
• Ejercicio temático (I). Una rosa. Plantilla y primeros pasos. Enmascarado del fondo. Enmascarados parciales. Contornos y enmascarado
• Ejercicio temático (II). Calidad fotográfica. Primeros enmascarados. Imagen central. Perfilados y acabado. Importancia de los lápices de colores
• Aerografía a mano alzada (I). Aerografía pictórica. Con tornos borrosos. Sombreado de las nubes. Borrados. Control de los rociados
• Aerografía a mano alzada (II). Método y colores. Blancos y brillos. Brillos unificados. Colores de base
• Reservas de algodón. Planteamiento. Reservas y máscaras de algodón. Trabajo con máscaras. Sombras y brillos. El efecto de póster
• Efectos luminosos. Rojo sobre amarillo. El horizonte y la tierra. Todo a mano alzada. Máscara final. Compás cortador
• Transparencias. La naturaleza del tema. El fondo. La botella. La jarra. Acabado. El borrador eléctrico
• Una jarra con agua. Fo tografía previa. Enmascarados iniciales. Interior de la jarra. Final. Aerografiar blanco opaco
• Una jarra con cerveza. Primera fase. Segunda fase. Brillos y reflejos. Perfeccionamientos. Retoques con cuchilla
• Una copa con helado. Texturas. Reservas con goma líquida. Retoques finales. Rociados con cepillo
• Transparencias con máscaras móviles. Color de fondo y transparencia. Dibujo inicial y color de fondo. Máscaras móviles. Retoques y matizaciones. Lápiz blanco
• Recapitulación sobre brillos y transparencias. Brillos: colores opacos y transparentes. Brillos y degradados. Reservas con goma l íquida. Color y transparencias. Reflejos sobre superficies pulidas. Cristal coloreado. Retoques a mano alzada. El realismo como objetivo
• Brillos y reflejos metálicos. Preparativos. Sombras. Detalles. Original y reproducción
• Automóvil de época. Un dibujo muy laborioso. Máscaras y reservas. El azul y los brillos. Sombras oscuras. Detalles. El tema de los automóviles.
• Una imagen técnica. Imagen previa. Primeras máscaras. Segundo grupo de máscaras. Elaboración de los detalles. Exactitud técnica y creación
• Carnaciones. Carnaciones realistas. Rociados superpuestos. Gamas de las carnaciones. Acabados realistas. Corrección de errores
• El rostro y el cabello. El rostro. El cabello. Las facciones. Delicadeza de modelados
• Figura humana al aerógrafo (I). Escena inventada. Enmascarados. La cabeza y el cabello. Bodegón con frutas y cóctel. El uso de las curvas francesas
• Figura humana al aerógrafo (II). Ampliación y máscara de poliéster. Carnaciones. Retoques y acabados finales. El calor y el tipo de máscara
• Retoques fotográficos. Aplicaciones del retoque fotográfico. Modificaciones de la imagen. Proceso del retoque. Entre la pintura y la fotografía
• Pintura comercial. Pin tura comercial: escaparates. Ilustración. Ilustración publicitaria
• Pintura de camisetas y figuras en tres dimensiones. Pintura de tejidos. Figuras tridimensionales. Procesos manuales
CONCLUSIÓN
• Repaso
Históricamente, el uso del aerógrafo se limitaba al retoque de fotografías y al arte comercial, pero la gran expansión de los medios visuales y, en particular, de la publicidad, produjo un trasvase de ideas creativas del campo de los medios de masas a las Bellas Artes.
En la actualidad, el aerógrafo se ha impuesto como herramienta habitual de los artistas, aunque su aceptación en el campo de la pintura considerada importante ha sido lenta.
Los orígenes del aerógrafo se remontan a 1893, cuando el estadounidense Charles L. Burdick fundó en Londres una sociedad llamada Fountain Brush Company dedicada a la fabricación de los primeros aer ógrafos. Burdick era un consumado acuarelista que realizó las primeras obras a la acuarela utilizando el aer ógrafo. Envió algunas de ellas a la exposición anual de la Real Academia de las Artes, y fueron rechazadas por ser producto de un instrumento mec ánico. El aerógrafo debía aún recorrer un largo camino hasta ser aceptado como medio artístico por derecho propio. El también estadounidense Man Ray, miembro de los grupos dadaístas y surrealistas de principios del siglo XX, fue el primer artista continental (Man Ray realizó toda su obra en Europa) en utilizar el aerógrafo en la realización de obras vanguardistas. El artista describió su experiencia con el aerógrafo en estos t érminos: “Los resultados son asombrosos, tienen calidad fotográfica aun cuando mis temas no son nada figurativos... Es apasionante pintar una obra sin apenas tocar su superficie, como si se tratara de un acto puramente cerebral, por así decirlo”. Pero el entusiasmo de Man Ray no fue compartido por la cr ítica del momento, ésta recriminó al artista el utilizar medios mecánicos.
Durante muchos años el aerógrafo sobrevivió en el campo de la ilustraci ón y el arte comercial; se utilizaba para retocar fotografías y en la realización de carteles y anuncios. La completa aceptaci ón del aerógrafo como herramienta artística llegó con el arte pop, una tendencia pictórica aparecida en 1960 que reivindicaba las imágenes publicitarias de consumo. Creadores como Andy Warhol, Tom Wesselmann o Roy Lichtenstein irrumpieron en el primer plano de la escena artística internacional con obras inspiradas en la publicidad y en el c ómic, realizadas con medios mecánicos. Los británicos Peter Phillips y Allen Jones fueron los primeros artistas pop en utilizar el aerógrafo en obras de gran formato.
Tras la irrupci ón de estos artistas, el aerógrafo tuvo un momento de m áximo esplendor en 1972, cuando en la Bienal de París se exhibieron las obras de los pintores hiperrealistas, pintores que producían cuadros de grandes dimensiones realizados con un realismo absoluto, frío, mecánico y aparentemente fotográfico: imágenes nítidas, retratos gigantescos, detalles ampliados de una motocicleta o un automóvil, paisajes urbanos reflejados con el m ás mínimo detalle. En este tipo de obras, el aerógrafo se revel ó como un instrumento insustituible, capaz de una precisi ón inalcanzable por cualquier otro medio tradicional.
El aerógrafo cuenta hoy con plena aceptación dentro del mundo de las Bellas Artes y es utilizado tanto por artistas comerciales como por experimentadores vanguardistas. Para los primeros, es un utensilio imprescindible para realizar imágenes de alta precisión, para retocar fotografías y trabajar en encargos publicitarios; para los segundos se trata de un medio que encierra posibilidades nuevas y que, solo o combinado con otros procedimientos, amplía el campo de la creación pictórica llevándolo hacia nuevos territorios.
Cartelismo y publicidad
Desde su aparición, el aerógrafo se reveló como el medio ideal para la realización de carteles y de originales publicitarios, como ya se ha apuntado. Los acabados del aerógrafo son especialmente aptos para la reproducción y los efectos cromáticos tienen una calidad y claridad gráfica difícilmente alcanzable por otros medios pictóricos. Contornos precisos y superficies de color uniforme son las características más acusadas de esta técnica radicalmente moderna.
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El aerógrafo permite pintar mediante un chorro de color líquido pulverizado de manera semejante a los aerosoles, aunque con mucha mayor precisión. El control de ese chorro depende de la presión del aire, de la consistencia de la pintura y de la distancia del aerógrafo al soporte. El primero de estos factores puede controlarse de diversas maneras según el modelo de aerógrafo. En estas páginas se estudian las características de cada uno de ellos.
El aerógrafo es, básicamente, un tubo acabado en una boquilla por el que circula aire a presión; este aire arrastra a su paso el color contenido en un depósito situado cerca de la boquilla y lo pulveriza, extendiéndolo sobre el soporte. El sistema de control del aerógrafo se basa en un pulsador que permite regular el paso del aire. Al presionar el pulsador, el aire invade el cuerpo del aerógrafo y succiona el color del depósito, que se mezcla con el aire y es pulverizado y expulsado por la boquilla. La distinción entre aerógrafos se funda en los diversos sistemas para controlar la presi ón del aire y el grosor del chorro de pintura.
En estos modelos el pulsador sólo tiene la funci ón de regular el chorro del aire. Al presionar la palanca, se abre la admisión de aire y éste se mezcla con la pintura en el exterior o en el interior del cuerpo del aerógrafo, según se trate de aerógrafos de atomizaciones externa o interna.
Los aerógrafos de atomización externa son los de funcionamiento más sencillo, la mayoría de ellos no permiten regular el paso del aire y se utilizan para pintar amplias zonas de color plano. Algunos modelos incorporan una aguja que coincide con la salida de aire del aerógrafo y permite regular el chorro de color pulverizado, aunque para ello es necesario interrumpir el rociado.
En los aerógrafos de atomización interna, la mezcla de aire y color se efectúa en el interior del cuerpo del aerógrafo. Al presionar el pulsador, se abre la válvula de admisión de aire y éste atomiza el color y lo expulsa a través de la boquilla en mayor o menor cantidad según la posición de la aguja, y ésta puede regularse mediante un tornillo situado en la parte posterior del mango. Cuanto más retrasada esté la aguja, más grueso será el chorro.
Los aerógrafos de doble acción fija permiten controlar simultáneamente la abertura de la válvula de aire y la posición de la aguja mediante un pulsador de doble movimiento. Los modelos más sofisticados (y también más empleados por los profesionales) son los de doble acción variable, con ellos puede controlarse por separado el caudal de aire y el flujo de color. Al empezar a aerografiar, se puede proyectar únicamente aire y hacer que el color salga de forma progresiva para evitar las salpicaduras que puedan producirse con los aerógrafos de acción sencilla y los de doble acción fija.
Nuevos diseños
Los avances técnicos inciden directamente sobre instrumentos de precisión como el aerógrafo. Uno de los últimos modelos, el Aerostat de la marca Fischer, ha introducido una novedad en la palanca que abre el paso del aire; el control del flujo del aire y del color es de una gran precisión, mayor que en cualquier otro modelo. Este aerógrafo está equipado con cinco boquillas intercambiables, incluyendo una de 0,1 mm, que lo convierte en el más completo del mercado.
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A continuación se muestran los aerógrafos más representativos de la amplia gama existente en el mercado. Los nuevos modelos cada vez son más estilizados y sofisticados e incorporan mecanismos más perfeccionados que permiten una gran precisión. Entre los diversos modelos, el profesional debe elegir el que mejor se adapte a sus necesidades, sin dejarse tentar por aerógrafos muy sofisticados de los que no vaya a obtener un rendimiento total.
Para el no iniciado, lo lógico es comenzar por un modelo sencillo y económico para pasar a aerógrafos de mayor envergadura cuando sus necesidades realmente lo requieran.
Distintas adaptaciones
Algunos modelos de aerógrafo se adaptan a las necesidades del profesional mediante cambios en la toma de color, pudiendo alternarse el modelo de succión y el de gravedad. En el sofisticado modelo Chameleon, el aerógrafo se utiliza de modo independiente adaptándole un depósito de color.
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La mayoría de los aerógrafos presentan una mecánica similar y todos se basan en un mismo principio. El hecho de que unos aerógrafos sean de gravedad y otros de succión apenas influye en los mecanismos. Éstos se basan en un sistema de admisión de aire, a través de una manguera, combinado con el movimiento de la aguja que libera y obtura la salida del chorro de pintura pulverizada.
Esencialmente, el aerógrafo no ha experimentado muchos cambios desde su invenci ón hasta hoy. Su diseño se ha actualizado y se ha hecho m ás estilizado, su acabado es más perfecto y lujoso, pero la estructura básica de sus componentes principales (como la palanca que acciona y dirige con precisión la salida del aire que pulveriza la pintura a través de la aguja y la boquilla, por donde se expande el color empujado por el chorro de aire) existía ya en el primer diseño de aerógrafo creado por Burdik en 1893.
Tanto si son aer ógrafos de acción sencilla o doble, los componentes elementales son siempre los mismos. El aer ógrafo consta de un cuerpo en el que se inserta una v álvula por la que accede el aire y un depósito que contiene el color. En el caso de los aerógrafos alimentados por gravedad (con el depósito en la parte superior), el recipiente puede estar incrustado en el cuerpo del aerógrafo o formar una cazoleta de tamaño más o menos grande. Tras este cuerpo, un mango protege el mecanismo interno de la aguja y facilita el manejo del aparato. En la parte superior del cuerpo del aerógrafo se encuentra la palanca que regula el aire y la admisión del color.
En los aer ógrafos de succión, el recipiente se sit úa en un lado o en la parte inferior del cuerpo. Estos modelos tienen la ventaja de poder contener mucho más color que los aerógrafos de gravedad, pudiendo sustituirse rápidamente los recipientes con distintos colores y tambi én lavarlos muy fácilmente. Por el contrario, son más aparatosos y no tienen tanto equilibrio como los de gravedad, limitando un poco la libertad de acción.
Para mantener el aerógrafo en perfectas condiciones de uso hay que tener mucho cuidado de no dañar la boquilla, ya que ésta es un componente delicado y sensible a los golpes. Ha de estar absolutamente limpia, de forma que la aguja pueda pasar libremente, sin ningún obstáculo, por su agujero interior.