… A pesar de todo,
decir sí a la vida

Tres conferencias
y un esbozo autobiográfico

VIKTOR E. FRANKL

Traducción y notas de Carlos Díaz

Índice

  1.  
    1. Nota preliminar
    2. Prólogo del doctor Gerónimo Acevedo
    3. Del traductor, para evitar un posible equívoco
  2.  
    1. … A pesar de todo, decir sí a la vida
      1. Prólogo del doctor Leopold Langhammer
      2. Sobre el sentido y el valor de la vida I
      3. Sobre el sentido y el valor de la vida II
      4. Experimentum crucis III
    2. Un esbozo autobiográfico
  3.  
    1. Notas a la traducción

Nota preliminar

El presente volumen recoge por vez primera en lengua castellana tres conferencias que Viktor Frankl pronunció en Viena, en 1946, tras su experiencia como prisionero en varios campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. Los tres textos surgidos de las conferencias vieron la luz aquel mismo año. En 1981 volvieron a publicarse, con algunas modificaciones, en Die Sinnfrage in der Psychotherapie. Precisamente a este último título pertenece el cuarto de los textos, igualmente inédito en castellano, que integran nuestra edición: «Un esbozo autobiográfico».

Agradecemos muy especialmente a Franz Vesely su confianza al permitirnos publicar esta obra. También damos las gracias a la Asociación Española de Logoterapia (AESLO) por su apoyo y su interés en este proyecto, así como a Carlos Díaz por su traducción fiel y sus valiosas anotaciones.

Prólogo

La propuesta de Viktor Frankl incluye el pensamiento de Freud sobre «la psicopatología de la vida cotidiana», pero, desde una visión existencial, amplía la mirada a una «metafísica de la cotidianidad».

Ya en sus escritos juveniles decía: «El neurótico no puede ser feliz porque no es un apasionado de la vida, la desprecia, la desacredita, la odia. La tarea del psicoterapeuta es entonces la de devolverle, en plenitud, el amor por la vida y por la comunidad, y esto a través de una discusión crítica, en la cual el sentido de la vida y el valor de la comunidad resultan evidentemente no demostrables, sino dados, no perseguibles, pero íntimamente arraigados en los intereses personales, porque la vía que conduce a la felicidad personal, a la satisfacción, a la beatitudo, pasa a través del sentido de la comunidad, el coraje de vivir, la virtus».

Frankl incluye en la cotidianeidad el sentido del momento, como un universal situado y en situación, encarnando y articulando el sentido de la vida con el sentido en la vida (situacional). Así lo leemos en el presente libro:

«Lo que hemos venido diciéndoles hasta ahora mismo giraba en torno a la cotidianidad, e incluso hemos llegado a pronunciar en un momento determinado la expresión “metafísica de la cotidianidad”. Yo espero ahora que ustedes comprendan correctamente que no nos hemos propuesto tan sólo, por así decirlo, hacer visible la cotidianidad –que aparentemente es tan gris, tan banal, tan manida– y a través de ella dejarnos llevar a lo eterno, sino que en última instancia hemos querido ver cómo esto eterno repercute en lo temporal, en lo diario, en lo cotidiano, en los parajes de un encuentro permanente de lo finito con lo infinito. Esto significa la sacralización del día a día y la posibilidad de “bendecirlo”».

Su consigna de «llevar a la realidad el contenido de cada naturaleza» pone en marcha el círculo valioso del sentido, buscarlo en el aquí y ahora, percibirlo, vivenciarlo y realizarlo, dando sentido a nuestra existencia.

Más adelante dice: «Somos nosotros quienes tenemos que responder, los que tenemos que dar respuesta a la cuestión permanente, de hora en hora, a las “cuestiones de la vida”. El mero hecho de vivir no significa en sí mismo sino ser preguntado, todo nuestro ser no va más allá de un responder, de un dar respuesta a la vida» y agrega: «Sin embargo, la cuestión que a nosotros nos plantea la vida, y en cuya respuesta responsable podríamos realizar nuestro instante definitivo, no solamente cambia de hora en hora, sino que, además, cambia también de un ser humano a otro de una forma totalmente diferente. Y, al propio tiempo, también vemos de este modo cuán neciamente se plantea la cuestión del sentido de la vida cuando no se sitúa en toda su concreción, en la concreción del aquí y del ahora. Desde esta perspectiva, preguntar por el “sentido de la vida” ha de parecernos tan ingenuo como, por ejemplo, la pregunta de un reportero que entrevista a un campeón mundial de ajedrez preguntándole: “Así pues, respetable maestro, dígame, ¿cuál es para usted el mejor movimiento?”. Pues ¿acaso hay uno solo, un solo movimiento que pudiera ser no sólo bueno, sino incluso el mejor, y en todo caso al margen de una situación del juego concreta y totalmente definida, al margen de una posición concreta de las figuras sobre el tablero?».

La propuesta de la logoterapia es inclusiva porque incluye lo excluido, la dimensión espiritual; integrativa porque integra lo biológico, lo psicológico, lo social y lo espiritual; interactiva porque lo considera dinámicamente, como «ser siendo»; existencial, desde el sentido en la vida y en los valores de creación, vivenciales y actitudinales, como caminos para el sentido.

La importancia del presente trabajo es que, pese a haber sido escrito hace setenta años, tiene una vigencia plena en la problemática actual. La sutil combinación de pensamientos profundos, articulados con ejemplos comprensibles, es una de las características más destacadas de Viktor Frankl.

* * *

Hace sesenta años encontré a un hombre muy erudito de quien yo no había leído nada, a pesar de lo mucho que había escrito. Sentí que «vivía lo que hablaba» y «hablaba lo que vivía». Ese hombre era Viktor Frankl. Decía algo que aún está vivo dentro de mí: «A pesar de todo, sí a la vida». Meses después de haberlo escuchado estuve preso por defender mis ideales. En esos quince días de injusta prisión, incomunicado, tuve miedo; se vivían momentos de odio y enfrentamientos políticos y el «a pesar de todo, sí a la vida» me generó confianza, y la confianza me salvó de la locura.

Desde su presencia en Argentina nos unió una larga amistad con Viktor y Elly, su incansable compañera, que se extendió hasta sus nietos. Desde entonces vivimos encuentros profesionales y familiares que siguen enriqueciendo nuestras vidas. Elly nos visitó en octubre del año 1999 cumpliendo un deseo de Viktor y fue a Mar del Plata, lugar en que Frankl había dictado varias conferencias, relatándonos con emoción cómo sentía el afecto recibido en Argentina. Al terminar el evento bailamos un tango.

Como consecuencia del impacto que provocó la presencia inicial de Viktor Frankl, uno de sus discípulos argentinos, el doctor Jorge David, con expresa autorización del profesor, tradujo por primera vez a un idioma extranjero, el castellano, el libro El Homo Patiens (Buenos Aires, Editorial Plantín, 1955). Este fue el primer libro del maestro vienés publicado en nuestro idioma.

Hoy sigue teniendo gran importancia la propuesta de Viktor Frankl entre los lectores de habla castellana, por lo que es muy valiosa la tarea de la Asociación Española de Logoterapia (AESLO), no sólo con sus actividades académicas de profundización y difusión de la logoterapia, sino también su intervención para que este libro fuera publicado en castellano. Personalizando ese esfuerzo, citaremos a Luis de la Peña, por su localización del material inédito en castellano y su contacto y gestiones con la editorial Plataforma, a la presidenta de AESLO, Mª Ángeles Noblejas, por su intermediación con la familia Frankl para los derechos de autor y sus sugerencias en la traducción, y al amigo Carlos Díaz en la tarea de traducción.

De esta manera, como dice Frankl, «estoy convencido que todo lo verdadero se conserva, se transforma auténticamente en servicio, en una existencia verdadera, en una comunión que adhiere a la vida y a la realidad, en acción en el ámbito cotidiano». La logoterapia, entonces, no es un conjunto de bellas y buenas ideas, sino una teoría que culmina en acción, estableciendo el primado de la razón práctica frente a la razón teórica, «pasando así directamente a la acción», como lo hicieron Luis y Mª Ángeles.

DOCTOR GERÓNIMO ACEVEDO

Grand Award 2004 of Viktor Frankl Foundation (Viena), por su vida dedicada a la logoterapia y a la psicoterapia humanista

Del traductor, para evitar un posible equívoco

Bajo el mismo título de… A pesar de todo, decir sí a la vida (Trotzdem ja zum Leben sagen) existen dos publicaciones de nuestro autor. La primera de ellas –a la cual denominamos aquí a efectos didácticos Frankl I–, que ahora se traduce al castellano por primera vez, contiene una serie de tres conferencias que Viktor E. Frankl dictó durante los meses de marzo y abril de 1946 en la Universidad Politécnica de Viena-Ottakring.1 Junto a ésta existe una segunda publicación –llamémosla Frankl II– con idéntico título –Trotzdem ja zum Leben sagen–, la cual a su vez contiene dos libros muy connotados, el primero de ellos El hombre en busca de sentido, y el otro Sincronización en Birkenwald. Una conferencia metafísica,2 ambos traducidos a nuestro idioma. Ni que decir tiene que, por ser la presente obra de Frankl también su primera publicación sobre su crucial experiencia en el universo concentracionario, el valor de la misma resulta definitivo en la génesis del psiquiatra vienés, y ello no sólo para el público en general, sino también para los estudiosos en particular.

Por su especial significado quisiera finalmente traer a colación con ocasión del presente Frankl I algunas de las palabras de Hans Weigel que en junio de 1977 servían de prólogo en Maria Enzersdorf al Frankl II: «En el campo de concentración, en situación extremadamente desconsolada y desesperanzada, Viktor Frankl había imaginado consuelo y esperanza en el futuro: “Estando en el campo me imaginaba a mí mismo como si me hallara en una tribuna de orador en un salón de conferencias grande, hermoso, caliente y diáfano a punto de impartir ante una audiencia interesada una conferencia titulada Experiencias psicoterapéuticas en el campo de concentración y de hablar precisamente de todo aquello que yo había acabado de vivir”. Y ahora se encontraba en ese salón de conferencias grande, hermoso, caliente y diáfano, y habló. No sólo su fantasía terapéuticamente profética, también su enseñanza quedó triunfalmente consagrada. Él pudo vivir esa velada porque ya la había vivido anticipadamente en su espíritu. La cosa había comenzado treinta años antes. En efecto, en un pequeño teatro subterráneo se había organizado en 1946 una discusión. Un hombre, al que nadie conocía, subió al escenario. Le estoy viendo delante de mí. Era pequeño, subalimentado como todos nosotros entonces. Habló y los presentes se dieron cuenta de la importancia de aquel instante, en el cual citó también un libro que aparecería próximamente: Ärztliche Seelsorge («El cuidado espiritual médico», publicado en castellano con el título de Psicoanálisis y existencialismo). Aquella noche, en ese instante, parecía cumplirse el regreso de Viktor Frankl a la vida espiritual de Viena: llegó a ser docente, luego catedrático, pasó a ser director de una clínica de neurología y psiquiatría, y continuó esa carrera que tan trágica y cruelmente había interrumpido en marzo de 1938».

… A PESAR DE TODO,
DECIR SÍ A LA VIDA

(Tres conferencias pronunciadas en la Universidad Politécnica de Viena-Ottakring en 1946)

UN ESBOZO AUTOBIOGRÁFICO

(Una contribución a la
«Psicoterapia según sus protagonistas»)

Editado por Ludwig J. Pongratz